No es hasta bien entrado el primer trimestre del curso escolar cuando la Dirección Provincial de Educación cierra el libro de matrícula de este curso, principalmente porque los plazos son más tardíos en enseñanzas como las de Formación Profesional. El crecimiento del número de alumnos en estas últimas era algo previsible a tenor de las solicitudes que se registraron en julio, un 13% más que en 2018, si bien este se ha visto reducido al 2,2% debido a que, como suele ser habitual, muchas de las peticiones no terminan de formalizarse.
En cualquier caso, estos estudios continúan en alza después de haberse frenado la pérdida de estudiantes registrada en los ejercicios 2013-2014 y 2015-2016. Actualmente los cursan un total de 6.572 personas, frente a las 6.429 de hace un año, lo que supone 143 más. La mayor subida la experimentan los ciclos de grado medio, que ganan 113 matrículas hasta las 2.838, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, cuando el incremento se daba en los superiores. Estos cuentan con 43 más y un total de 2.961, mientras que la FP Básica, título que equivale a la ESO en cualificación profesional pero no académica, registra un descenso de 13.
El incremento de estudiantes en términos generales en la FP y en grado medio en particular, al que acceden los que terminan la ESO, no ha repercutido en la matrícula de Bachillerato, que se ha mantenido como el curso pasado teniendo en cuenta la tendencia negativa de los dos últimos años (400 estudiantes menos). La cifra final de este nivel en el presente ejercicio es de 4.525, la misma que el anterior y se mantiene al haber compensado los institutos la pérdida de 54 alumnos en los centros concertados.
Respecto a esto último, el director de Jesuitas, Javier Pérez de la Canal, reconoce que el descenso de la natalidad «llega ya» a estos cursos, si bien considera que se suelen dar oscilaciones en la matrícula. En su caso, asegura que «se mantiene», aunque también reconoce que esta podría ser mayor si dicha etapa estuviera concertada. Destaca también que en los estudios de FP se ha notado una recuperación en la rama de administración., aunque precisa que el colegio seguirá insistiendo a la Junta en su reivindicación de implantar un nuevo ciclo de grado superior de Informática debido a la demanda existente.
Las enseñanzas profesionales han ganado peso, aunque considera que deben alcanzar mucho más. Una opinión que comparte el director del Padre Aramburu. «Es necesario que se destinen más recursos», señala Ángel Corcero, quien se muestra satisfecho del incremento de alumnos que ha tenido su centro, 47 más hasta los 607, lo que hace que «prácticamente» toda la oferta «esté completa». Los más demandados y en los que se han quedado solicitudes sin atender, han sido los de robótica y los de mecanizado y fabricación.
Corcero considera que estas enseñanzas estaban consideradas de «segunda categoría», pero «han cogido auge» porque suponen una prometedora vía de preparación para encontrar un trabajo, lo que permite atraer a un mayor número de alumnos que terminan la ESO. En esta línea, Javier Antolín, responsable del instituto Enrique Floréz, donde también se imparte FP, cree que esa percepción negativa tardará tiempo en desaparecer, algo que considera erróneo dado que «las posibilidades de inserción laboral son mayores, al igual que las posibilidades de continuar estudiando». En este centro, los estudios relacionados con la sanidad y la integración social siguen siendo los que mayor interés despiertan.
Antolín asegura que el centro mantiene la matrícula tanto en FP como en Bachillerato, que sufrió un bajón «hace cuatro años». Sobre esta etapa, destaca que sigue siendo la modalidad de Ciencia y Tecnología la más demandada, «un 25 o 30% más» que la de Humanidades y Ciencias Sociales.
Lo mismo ocurre en el Pintor Luis Sáez, con 17 alumnos menos que el curso pasado, algo que su director, José Antonio Vilumbrales, considera «coyuntural» y no significativo por las pequeñas oscilaciones que se dan cada año al alza o a la baja. Reconoce que la FP es una vía que «está cuajando», así como el hecho de que determinados perfiles opten por Bachilleratos de Excelencia ofertados en otros centros.