«Gran preocupación» en FAE por el frenazo de la automoción

I. ELICES
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La patronal teme que la pérdida de empleo en el sector «arrastre» al resto y el consumo baje. Alertan al futuro Gobierno del error de subir impuestos en un momento de desaceleración

El desayuno tradicional navideño de la FAEse celebró ayer en la Casa del Empresario. - Foto: Ricardo Ordóñez (ICAL)

Los rostros alegres de los miembros de la junta directiva de FAE duraron hasta que terminó el tradicional desayuno navideño con la prensa. En cuanto su vicepresidente, Gonzalo López Recio, tomó la palabra para hacer una descripción de cómo ha ido 2019 y realizar un pronóstico sobre 2020 las caras de todos se ensombrecieron. «Pesimismo, preocupación, incertidumbre» fueron las palabras que jalonaron todo su discurso ante los medios. Y es que el frenazo de la automoción provoca «una preocupación muy importante» en la patronal, pues teme que la «inestabilidad en el empleo» tenga efecto de «arrastre» sobre otros sectores, en especial sobre el inmobiliario y el del comercio, que a buen seguro verían mermadas sus ventas si la situación no se revierte.    

Y no hay visos de cambio, porque «el nuevo escenario político y económico es incierto, está lleno de incógnitas», una situación que se ve agravada por el hecho de que la Administración «no avisa de los cambios con tiempo suficiente» para que los empresarios «se adapten a ellos al ritmo correspondiente». López Recio aludía al anuncio hecho «de la noche a la mañana» por el Gobierno de Sánchez para dar «la batalla al diésel». ¿Se avecinan expedientes de regulación, deslocalizaciones? «Las empresas empiezan a despedir gente, porque las ventas de coches descienden y las compañías bajan producción; el escenario se complica», advirtió López Recio. Julián Alonso, como representante los concesionarios, tomó la palabra dos segundos para pedir «prudencia a los políticos, porque sus declaraciones hicieron mucho daño».

El vicepresidente de la FAE hizo un interesante análisis del actual escenario en comparación con la crisis de 2007 a 2014. Aquella «no afectó mucho» a Burgos porque se trató de una crisis bancaria que no  repercutió en demasía en el sector industrial, que «supo reaccionar y tomar medidas -como la exportación- para adaptarse» al nuevo contexto económico. La actual desaceleración se cierne sobre «la industria, soporte de la economía burgalesa, de modo que si vienen mal dadas» a Burgos «le van a venir peor» que a los territorios con menor tejido industrial.

¿Qué esperan del Gobierno que se perfila en Madrid? «Que se vayan», exclamó uno de los miembros de la ejecutiva en tono de broma. Más en serio, López Recio exigió «estabilidad» y que «se piensen mucho subir impuestos», porque «las empresas precisan de un colchón económico para poder desarrollarse».

Miranda y Garoña.

En este sentido, la FAE exige «una política de anticipación al cambio económico, que haga un seguimiento de la situación de las grandes firmas empresariales y las principales provincias industriales para la búsqueda de nuevas inversiones y la intervención en zonas con especiales necesidades de reindustrialización, como Miranda de Ebro y la zona de influencia de la central de Santa María de Garoña. Este es uno de los grandes objetivos de FAE, junto al avance en la estrategia digital, la perspectiva de género en la empresa, la formación, o la creación de una comisión de medio ambiente.