84 pueblos de la Ribera se quedan sin pediatra

L.NÚÑEZ
-

La especialista que cubre las zonas de Aranda Rural, Roa de Duero y Huerta de Rey solicitó el traslado a Valladolid en octubre y aún no tiene sustituto. Desde el colectivo Sanidad Rural acusan a Sacyl de "abandonar a cientos de niños"

84 pueblos de la Ribera se quedan sin pediatra

"Cientos de niños son abandonados por Sacyl". La acusación proviene del colectivo Sanidad Rural. El contexto: la marcha de la única pediatra que cubría las zonas básicas de salud de Aranda Rural, Roa de Duero y Huerta de Rey. Esta vacante deja sin atención especializada a los niños y niñas de hasta seis años que viven en 84 municipios de toda la Ribera del Duero: 44 pertenecen a Aranda Rural, otros 28 a Roa y los 12 restantes, a Huerta. Mientras llega un sustituto, los menores serán atendidos por médicos de familia. 

Una situación, que muchos padres califican como "descorazonadora", y que ha vuelto a poner en pie de guerra a Sanidad Rural, que ha lanzado dos nuevos cortos para dar visibilidad a todos los niños del medio rural que no tienen pediatra. Porque, como recalcan, con este tipo de decisiones Castilla y León en general y la Ribera del Duero en particular se vacían. O, mejor dicho, las vacían. 

Y todo ello a pesar de que en una reunión pública que la plataforma celebró el pasado mes de octubre tanto con el gerente de Atención Primaria, Santiago Rodríguez, como con el de Sacyl, Manuel Mitadiel, les aseguraron que la plaza que dejaría esta pediatra por traslado sería cubierta de manera inmediata. "Ha llegado el día y nos hemos quedado sin especialista", denuncia Lourdes Núñez, integrante de Sanidad Rural, al tiempo que advierte: "Si no ponen sustitutos y el resto de sanitarios se saturan a hacer guardias, al final la atención al ciudadano es nefasta". 

Este panorama deja contra las cuerdas a muchos padres y niños de la comarca. De hecho, las zonas básicas de salud de Aranda Rural, Roa de Duero y Huerta de Rey engloban a una población que supera las 17.000 personas. Y sólo cuentan con un pediatra. "¿Quién va a ver a los niños a partir de ahora? ¿Quién les va a hacer las revisiones? ¿Quién va a atender nuestras dudas?", plantea Ángel Higuero, padre de una niña de un año de edad en Pinillos de Esgueva, pedanía de Sotillo de la Ribera. 

A su hija le toca próximamente pasar la revisión de los 15 meses y todavía no saben cómo se va a hacer. "Está todo en el aire. En el centro de salud tampoco tienen información de que vaya a haber una sustitución a corto plazo", lamenta Higuero, que trabaja como técnico de mantenimiento industrial en una empresa de Aranda. En estos momentos reconoce que se siente "desamparado" como padre y apunta que acudirá a Urgencias al Hospital de los Santos Reyes cuando su pequeña tenga algún problema que considere que la médica de cabecera no le puede solucionar. 

La marcha de la única pediatra que atendía a estas tres zonas básicas le ha sentado como un jarro de agua fría a Beatriz Moldón, madre de un niño de cinco años en Tubilla del Lago: "Poco a poco nos van quitando servicios. Se les llena la boca con la España Vaciada, pero después...". Moldón, madrileña de nacimiento, se instaló en este municipio ribereño a finales de 2008 por motivos laborales: "Fue también una apuesta por la tranquilidad y la calidad de vida. Pero nos encontramos con que nos arrebatan hasta lo más básico". Como Higuero, plantea un sinfín de dudas: "¿Quién se va a ocupar de todos los controles? ¿Tendremos que desplazarnos a Burgos?". No queda ahí su malestar. Hace un tiempo, su hijo tuvo que ser operado y, tal como subraya, fue a raíz de que "la pediatra se diera cuenta". 

En este sentido, Moldón añade otro aspecto más que le preocupa, derivado de la falta de atención especializada: "Acudiremos al médico de cabecera. No obstante, en los pueblos suelen estar acostumbrados a tratar a personas mayores". 

Algo que también inquieta a Patricia Ontañón, madre de dos niñas de tres años y tres meses y residente en Villanueva de Gumiel: "La experiencia de los médicos de familia de esta zona es atender a gente con una media de edad elevada, en torno a los 70 años. Mi enfermera me reconoció que llevaba bastante tiempo sin ver a un bebé". 

En cualquier caso, tal como aclara, el pediatra no se desplaza a los pueblos, sino que son los padres quienes llevan a sus hijos hasta el ambulatorio sur en Aranda. Normalmente, contaban con dos días de atención a la semana. La marcha de la única pediatra, que llevaba en estas tres zonas diez años, les provoca incertidumbre: "Al tener un bebé de tres meses, tiene revisión de forma mensual. Unas veces con la enfermera y otras, con la pediatra. Para la de los cinco meses todavía no sé quién la va a atender ni cuándo. El problema es la falta de certeza con cosas tan programadas", denuncia Ontañón, para rematar: "No hay seguimiento". 

Condiciones dignas. Por si fuera poco, los padres consultados recuerdan que sufren más inconvenientes como, por ejemplo, que la atención pediátrica por vivir en el medio rural se limite a los seis años, cuando en las ciudades abarca hasta los 14. "Es bastante cruel. No hay nada que justifique que tengan distinta cobertura sanitaria", se queja Higuero. 

A ello se suma, como expresa Ontañón, que por el mero hecho de residir en una zona rural no pueden pedir cita a través de la aplicación de Sacyl. "Siempre sale que la página no está disponible. Además, por teléfono tampoco hay opciones directas". 

Así las cosas, no es de extrañar que algunos padres como Beatriz Moldón consideren que detrás de este tipo de decisiones se persiga empujarles hacia la sanidad privada: "Si no, no me lo explico". 

Por ello, desde Sanidad Rural recalcan que la solución pasa por "ofrecer unas condiciones laborales dignas a los médicos y una sanidad digna a quienes viven en los pueblos". En este sentido, destacan que "todos pagamos los mismos impuestos y que, por tanto, deberíamos tener las mismas oportunidades". 

El colectivo también aboga por incentivar a los médicos que elijan como destino el medio rural, tanto a nivel económico como en lo que respecta a promoción profesional. "Sin estabilidad laboral, la mayoría prefiere quedarse en una ciudad, donde hacen menos kilómetros, aunque también tengan contratos precarios", indica Núñez. 

Desde la Gerencia de Atención Primaria han trasladado al colectivo que la plaza de pediatra para Aranda Rural, Roa y Huerta está ofertada a la espera de cubrirse. "Dicen que si no sale gente, no pueden hacer nada más". 

Algo que indigna a padres como Ángel Higuero: "Es una forma de conseguir que los pueblos dejen de tener habitantes, de que te marches a vivir a una ciudad cuando ya es un esfuerzo importante residir en el medio rural. Pinillos es mi pueblo, ¿por qué me voy a tener que marchar a otro sitio?".