Las pintadas le cuestan 36.000 euros a la ciudad de Aranda

L.N.
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Medio Ambiente y Promoción y Turismo trabajan en conjunto para poner en marcha una campaña de concienciación en Aranda con motivo de la Capital Europea del Vino. "Nos jugamos mucho", dicen

Limpiar las pintadas le cuesta 36.000 euros al Ayuntamiento - Foto: L.N.

Pintadas y más pintadas. Los garabatos 'invaden' prácticamente cualquier rincón de Aranda de Duero. Desde los bancos de los parques, hasta las farolas o las papeleras. Inundan los quioscos de El Barriles y La Huerta. Ensucian un sinfín de fachadas, incluyendo varios bloques residenciales. Ni siquiera los muros ubicados en pleno casco histórico, junto a la iglesia de San Juan, se libran de la acción de los grafiteros. Este año, su limpieza le ha costado 36.000 euros a las arcas municipales de la capital ribereña. Una labor que desde el Ayuntamiento se ha efectuado por todos los barrios, aunque con mayor énfasis en el centro, como explica el concejal de Medio Ambiente, Carlos Fernández, por ser una de las zonas más castigadas. 

De cara al año que viene, y a las puertas de que Aranda ejerza como ciudad europea del vino, las concejalías de Medio Ambiente y Promoción y Turismo están trabajando conjuntamente para llevar a cabo una limpieza de todas estas pintadas, así como una campaña de concienciación. "Nos jugamos mucho", asegura Olga Maderuelo, responsable de Promoción, mientras subraya su apuesta por mantener limpia y bonita la ciudad. Esta tarea, dice, incumbe a todos, ciudadanos y Consistorio y, a su juicio, resultará decisiva de cara a la imagen que se proyectará entre quienes visiten Aranda en 2022. 

La edil admite que "a nivel de limpieza, últimamente todos nos tenemos que dar un tirón de orejas" puesto que a las pintadas se suma la suciedad en determinadas zonas con colillas tiradas en el suelo o excrementos de perro que se quedan sin recoger. 

Ambas acciones todavía no tienen una fecha fija, pero, según Maderuelo, se llevarán a cabo "en cuanto antes". Algo que aplauden las distintas asociaciones de vecinos de la capital ribereña. La presidenta de la zona centro, Lali Saugar, califica las pintadas como una "falta de respeto y educación". En su opinión, "no son grafitis, sino más bien porquería". Lamenta que el Ayuntamiento limpie determinados lugares y que apenas un día después vuelvan a ensuciarse.

En esta línea, Antonio Adeliño, presidente de la asociación de vecinos de Santa Catalina, relata que el barrio está "lleno" de pintadas y precisa que las más "horrorosas" se localizan en los parques de La Huerta y Príncipe de Asturias y en la calle Pizarro con Tenerife. 

En cualquier caso, cabe recordar que la ordenanza reguladora para la limpieza viaria y ornato público del Ayuntamiento de Aranda recoge la prohibición de realizar inscripciones o pintadas en paredes, muros, columnas, quioscos, cabinas, fachadas, farolas, verjas, papeleras, contenedores o mobiliario urbano y más especialmente en edificios y monumentos histórico-artísticos o de interés local. Las primeras, consideradas infracciones graves, llevan acarreadas multas desde 750 euros hasta 1.500 euros, mientras que para las segundas se contemplan sanciones desde 1.500 hasta 3.000 euros. 

¿La solución? Candelas Iglesias, educadora ambiental, aboga por comprender por qué los adolescentes suelen hacer las pintadas y ver qué alternativas existen para que no lo hagan. "Hay una falta de actividades de ocio a esas edades. La mayoría de actos son para niños más pequeños o para adultos", por lo que resulta fundamental proponer otras que "les llenen y les motiven. Necesitan sentirse realizados, sentir que forman parte de Aranda. Se les podría hacer partícipes de las mejoras en el mobiliario urbano". 

Iglesias defiende que la educación debe incluir a niños, padres y el conjunto de la sociedad: "Es un trabajo continuo y a largo plazo".