Las terapias por consumo de 'anfetas' se duplican en un año

G.G.U.
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El 19,8% de los adultos que Proyecto Hombre trató en 2019 consumían sustancias de este tipo, frente al 9,9% del año anterior. El juego patológico motiva la demanda del 5,9%

La Policía Local suele realizar controles para detectar consumo de drogas al volante. - Foto: Luis López Araico

El porcentaje de usuarios que Proyecto Hombre trató el año pasado a causa del consumo de anfetaminas se duplicó con respecto al anterior, ya que mientras que este tipo de drogas eran habituales para un 9,9% de las personas atendidas en 2018, en el último ejercicio se incrementó hasta el 19,8%. El director de la asociación en Burgos, Manuel Fuentes, explicó tras la divulgación de su memoria anual que cree que se debe al consumo de speed, «que ha crecido». Hasta ahora, dijo, estaba más circunscrito al País Vasco, «pero ahora ha dado aquí la cara». El porqué no se sabe. «Muchas veces es un efecto contagio», dijo.

Fuentes explicó que el speed es un excitante del sistema nervioso, «que busca un efecto similar a la cocaína y, generalmente, se mezcla con alcohol». El policonsumo es frecuente entre quienes recurren a Proyecto Hombre, que rara vez lo hacen por adicción a una única sustancia. Sin embargo, el balance del 2019 es el primero en el que se incluye el ‘Juego patológico’ como causa principal de demanda (un 5,95% de los casos) -«el porcentaje ya era significativo»- y ahí sí es más fácil encontrar casos de adicción única. «El mecanismo en el cerebro es muy similar al de las sustancias y, aunque con particularidades, el tratamiento se desarrolla con un proceso muy parecido», dijo, insistiendo en que ese casi 6% es significativo; entre otras cosas, porque también llama la atención entre los menores de 21 años. «La vertiente de juego con dinero es más frecuente en adultos: el póker on-line, las tragaperras, las apuestas... En jóvenes es más la adicción a los videojuegos», dijo.

En lo relativo a los usuarios de menos edad, de hecho, es llamativo el incremento que se ha producido en las demandas motivadas por el uso de las nuevas tecnologías: han pasado de suponer el 16,6% al 30,7%. Lo relacionado con el comportamiento, no obstante, sigue siendo la primera causa de petición de ayuda en menores, cuando no hay sustancias adictivas detrás. De haberlas, sigue siendo el cannabis (el 86,4%).