Suena el Himno de Briviesca a 17.590 kilómetros

S.F.L.
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La Plaza Mayor y las calles céntricas de la ciudad acogieron a cientos de vecinos cantando, sin la compañía de la Banda de Música ni el tenor. Algunos vivieron el momento más emotivo del año a través de los teléfonos móviles

Los briviescanos respetaron las distancias de seguridad en la Plaza Mayor en el momento de entonar el Himno. - Foto: S.F.L.

Las agujas del reloj de la Plaza Mayor de Briviesca marcaron las 14 horas y el hilo musical que se escuchaba de fondo se interrumpió para dar paso al momento más especial de las fiestas patronales de Nuestra Señora y San Roque: el canto del Himno, en honor a su patrón. En esta ocasión, la Banda de Música no tocó los primeros acordes de la composición de Rafael Calleja y Pérez de Urbel ni el tenor Miguel de Alonso, que lo lleva interpretando casi 40 años, accedió al templete para cantar. Aún así, gracias al sistema de sonido municipal, Saray Lobo pudo escuchar e incluso entonar el tradicional cántico desde lejos, muy lejos.

La pandemia ha impedido que la ingeniera pase por segundo año consecutivo las vacaciones en su ciudad pero... si Mahoma no va a la montaña... Javier y Casilda buscan soluciones. 24 meses encerrada en Australia es tiempo y pese a que la joven  ha conseguido un puesto en Acciona como ingeniera de obra en uno de los proyectos más emblemáticos de la ciudad de Sydney: el nuevo tranvía, y muchos de sus sueños se hayan cumplido, los 17.590 kilómetros que la separan de los suyos se hacen ya cuesta arriba.

 Aguantando el chaparrón y con los ojos encharcados de lágrimas, los Lobo-Martínez compartieron con su hija el momento. Apenas hablaban, más bien se miraban. Y la joven se reía, expresando así la felicidad que sentía de ver a los suyos. Al rato apareció Javi, el tato pequeño, y Conchi, la abuela. Los cuatro entrelazaron sus manos y cantaron. Entre te quieros, te amos y mi niña bonita acabó el Himno, y con ello la videollamada. «Hablamos en la comida que ahora no te escuchamos bien», expresaba el patriarca emocionado.

Otros briviescanos ‘perdidos’ por el mundo disfrutaron de su cita con el municipio a través de las redes sociales. La pandemia ha provocado que muchos hijos de la ciudad celebren el acto más popular de la comarca separados de sus familias pero las redes sociales cumplen bien su función. Nerea, residente en Estados Unidos, pudo entonar el Himno gracias a un directo de Instagram que hicieron sus amigas. «Lo he vivido de una manera totalmente diferente pero se agradece que por lo menos nos dejen escucharlo. Ha sido muy emocionante y solo espero que sea la última vez que el 16 de agosto lo paso lejos de mi casa», declara.

A pesar de que no se trató de un acto oficial, portando sus mejores galas y con el complemento de moda en sus rostros, los vecinos no quisieron perderse la emotiva cita. Unos acudieron a la Plaza Mayor y se colocaron alrededor del templete. Otros se quedaron en las terrazas de los bares cobijándose de los rayos de sol mientras disfrutaban con familiares y amigos de un buen vermut, y el resto optó por cantar desde sus domicilios. El Himno se escuchó además en la calle Mayor, Medina y Santa María Encimera.

Lejos quedaron las típicas aglomeraciones de otros años, en los que resulta complicado moverse de sitio una vez que se pone un pie en el recinto. No obstante, las vías paralelas a la plaza en la que se encuentran la mayoría de los bares fueron los escenarios elegidos para cantar los versos. Una vez finalizado se echó en falta el momento de los besos y los abrazos. Los allí presentes mantuvieron la compostura y poco a poco el centro de la ciudad quedó despejado.

Solo lo más animados continuaron con la celebración de las ‘no fiestas’ y en algunos puntos más alejados del centro se juntaron varias cuadrillas con altavoces. La Policía Local, que ha patrullado por las noches, asegura que la gente está «respetando las restricciones» y agradecen el «comportamiento cívico de todos».