Pronto habrá obras en la estación de trenes Rosa de Lima pero no para acabar con las goteras que cada vez que llueve llenan de cubos su vestíbulo central sino para ampliar el edificio de viajeros hasta el tercer andén y proteger a los usuarios del frío en la zona exterior. Fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) confirman a este periódico que los trabajos se iniciarán a principios de 2019.
En la actualidad, los técnicos ultiman la redacción de un proyecto complementario por el que preguntó el diputado delpartido Popular Jaime Mateu al director general de Adif Alta Velocidad, Juan Pablo Villanueva, en una reunión mantenida en noviembre. En él se contempla «acondicionar algún tipo de infraestructura en los andenes de la estación de Burgos para protegerse del frío viable tanto para los pasajeros como para personas que acuden como acompañantes», aunque los técnicos aún no han decidido cuál es el mecanismo más adecuado para conseguir que resulte un lugar más acogedor, o al menos, no tan inhóspito.
El proyecto, no obstante, se centra en habilitar el andén número 3, para lo que será necesario completar su pavimentación y finalizar la ejecución de «todas las instalaciones de andén, incluyendo abastecimiento, electricidad, megafonía, teleindicadores, etc.», detalla Adif. Del mismo modo, se ampliará el actual edificio de viajeros hacia el oeste, para extender el vestíbulo y habilitar el paso bajo vías hasta el último andén, de modo que sirva también de distribuidor y núcleo para las comunicaciones verticales con la parte superior. Se instalará un ascensor panorámico y una escalera mecánica, así como todos los sistemas de electricidad, climatización y demás necesarios para completar el edificio.
También para 2019 queda pendiente «la realización de una actuación de mayor envergadura en la cubierta del edificio de viajeros», con la que atajar el problema de las goteras, puesto que las actuaciones puntuales de mantenimiento no son suficientes.
UNA DÉCADA. La estación Rosa de Lima acaba de cumplir 10 años.Fue la última pieza del desvío ferroviario y su construcción no estuvo exenta de polémica.Adjudicada a Ortiz por 14.846.619,08 euros, al considerarse su oferta la más ventajosa, el contrato se formalizó el 18 de octubre de 2006 con 16 meses y medio de plazo de ejecución.
Sin embargo, durante la obra se concedieron varias prórrogas. La primera, el 14 de diciembre de 2007, por demora en la modificación de la línea eléctrica afectada por la obra; otra el 19 de junio de 2008, por adecuación de las obras a la ejecución real conforme a los cortes de circulación autorizados por ADIF; la tercera el 24 de octubre de 2008, por ajuste de la puesta en servicio provisional de la variante a la previa puesta en marcha de una subestación eléctrica para alimentación de tracción; y la última el 30 de diciembre de 2008, por estar pendiente la aprobación de un modificado y la ejecución de un proyecto complementario.
Según la constructora, la obra concluyó en agosto de 2009, aunque elMinisterio no realizó la liquidación final y han sido los tribunales, primero la Audiencia Nacional y en mayo el TribunalSupremo, los que han determinado que el coste final ascendió a 15,53 millones, de los que 5,64 más IVA estaban pendientes de pago.