La provincia de Burgos registró el pasado año cuatro denuncias menos por delitos de odio pero tiene el dudoso honor de seguir encabezando el ránking regional de territorios donde la Policía Nacional y la Guardia Civil investigan más hechos de esta naturaleza. En 2019, según la última estadística de la Secretaría de Estado de Seguridad, se cometieron en Burgos 17 infracciones penales contra colectivos en especial riesgo de exclusión social, bastantes más que en provincias con más población, como Valladolid y León, donde se presentaron 12 y 13 denuncias respectivamente. Tras ellas se sitúan Ávila y Salamanca, ambas con 11; Palencia, con 7; Zamora, con 4, y Soria, con 2. En Segovia no hubo ninguna.
Tras la escalada de los últimos años, en 2019 se produce una importante caída en la provincia. Hay que recordar que en 2017 también se contabilizaron 17 denuncias. El año anterior se habían puesto 13, y en 2015, siete. Con todo, desde la Comisaría aseguran que los hechos conocidos «son puntuales, puesto que no se detecta una reincidencia en los autores». Asimismo, en ocasiones se trata de casos de insultos racistas o xenófobos en el marco de una discusión y que luego no dan lugar a una causa por delito de odio, aunque «sí hay que ponerlo en conocimiento del fiscal especializado», que en el caso de Burgos es el propio fiscal jefe provincial, Santiago Mena.
De las 17 denuncias que figuran en el estudio del Ministerio del Interior, cinco de ellas fueron por razón de ideología política; otras cinco por racismo o xenofobia; en tres casos las víctimas fueron gays, lesbianas o transexuales; dos tuvieron que ver con las creencias religiosas de las víctimas, y otras dos fueron por rechazo a indigentes (aporofobia). La Policía Nacional y la Guardia Civil esclarecieron 9 hechos delictivos y fueron detenidas 4 personas.
Denuncias que no prosperan. Hay menos arrestados que casos resueltos. Y esto se debe a varias razones. La primera es que algunas de las denuncias no prosperan por no apreciarse durante el procedimiento que existen motivaciones de odio. En otros casos, las amenazas o injurias, por ser leves, ya no están recogidas en el Código Penal sino que constituyen infracciones administrativas. Ahora bien, desde la Comisaría advierten de que la labor siempre está dirigida a proteger a las víctimas y poner los medios para que no se vuelva a producir.
En la estadística de Interior aparecen otros delitos de odio de los que no se han registrado casos en la provincia de Burgos. Se trata de del antisemitismo, por discriminación por razones de género, por rechazo a personas con discapacidad, por razones de edad (ancianos), antigitanismo y por razones de enfermedad.