Desde el momento en que el primer ejercicio de la oposición -el de conocimientos teóricos- se cargó al 90% de los aspirantes los responsables del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento se percataron de que iba a resultar realmente complicado cubrir las 16 plazas convocadas en el proceso de selección. Su experiencia e intuición no les fallaron puesto que, a falta todavía de una prueba -la que valora las aptitudes de los candidatos para superar una situación de vértigo y de claustrofobia- solo quedan doce aspirantes en la lucha. De tal manera que cuatro vacantes, sí o sí, quedarán sin ocupar.

Esta circunstancia no tendría más importancia si la plantilla del cuerpo de bomberos estuviera próxima a los 125 efectivos que establece su relación de puesto de trabajo (RPT), pero es que no es así. Con esa docena de incorporaciones que saldrá de la presente oposición se alcanzará la cifra de 101 efectivos, lejos todavía de esos 125 previstos. Las cuatro plazas -o más si algún otro aspirante se queda en el camino- se sumarán a la próxima oposición que convoque el Ayuntamiento.

Después de quedar solo 22 hombres tras la prueba teórica tipo test tuvo lugar el ejercicio de conocimiento del callejero y los problemas, tras el cual fueron declarados aptos 19 candidatos. Las pruebas físicas dieron al traste con las ilusiones de otras dos personas, mientras que el examen sobre oficios -cerrajería, albañilería, fontanería, etc- dejó la nómina de aspirantes en 12, de los cuales todos superaron las pruebas médicas y psicológicas.

Justo después del presente proceso de selección habrá que afrontar otro proceso, el de promoción interna, ya que son numerosos los puestos de mando sin cubrir. Son necesarios un sargento, cinco cabos de intervención, un cabo conductor, que se incorpora el día 16, tres cabos de prevención y 6 bomberos conductores.