Bares sin terraza exigen abrir el interior y cerrar tarde

I.E.
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El portavoz de los establecimientos de ocio nocturno, José Antonio Llorente, denuncia que son «los grandes olvidados» y teme «una cascada de clausuras» a causa de las deudas

La camarera de un pub prepara una copa en la reapertura del verano de 2020. - Foto: Alberto Rodrigo

Con el ‘efecto Ayuso’ la Junta de Castilla y León anunció el jueves que el horario de cierre de los bares -en la capital, Miranda, Medina y Quintanadueñas, solo terrazas- se alargará hasta las 0,00 horas, una ampliación que no convence al sector en general, pero que resulta totalmente intrascendente para los pubs y las discotecas. Muy pocos establecimientos con licencia de bar especial -menos de la mitad- sacan mesas a la vía pública, «con lo que la medida no alivia ni de lejos lo mal» que lo están pasando estos empresarios, denuncia su portavoz, José Antonio Llorente. De ahí que exijan al Gobierno regional que tome iniciativas como la de Andalucía, que ha reabierto interiores y además ha alargado la hora de cierre para los bares de noche hasta las 2 de la madrugada.

«Es la única manera de que hagamos un poco de caja: reabrir el interior con los aforos que nos marquen y con las medidas de seguridad adecuadas para evitar contagios; pero que nos dejen», protesta Llorente.

En estos momentos «hay muy pocos pubs o discotecas abiertos, tan solo los que disponen de veladores en la calle». Entre las calles La Puebla y San Juan, «hay un par  como mucho; y en Las Llanas, alguno más». Esas dos horas de más que la Junta ha añadido a la anterior horquilla «puede venir bien -y solo en parte- a bares y restaurantes con terraza que puedan dar alguna cena», pero a los pubs «no los va a sacar de pobres», porque «además a partir de las 22 horas resulta complicado retener a la clientela en plena calle, dado que las temperaturas de Burgos no invitan precisamente a ello».

Asimismo, detalla el portavoz de este sector, el tipo de cliente que acude a estos establecimientos «lo hace con ganas de escuchar música o bailar, para lo que resulta imprescindible que aya actividad en el interior de los locales». «Hasta que eso no ocurra no nos repondremos de este desastre», reconoce.

Y algunos negocios, ni eso. Llorente no es para nada optimista con el futuro, pues espera «una cascada de clausuras en cuanto se produzcan las reaperturas». En su opinión, con los cierres y los ertes «algunos empresarios están capeando el temporal», pero «lo peor va a llegar cuando vuelvan a la actividad y tengan que hacer frente a deudas y los pagos que conlleva una reapertura». «Es que durante todos estos meses hemos tenido que seguir abonando los costes fijos, el alquiler, y todo sin ingresar un euro», lamenta Llorente, quien agrega que la situación «se está volviendo ya insostenible» y por ello reclama a la Junta que tome medidas para dar un alivio a sus compañeros.