El 44% de las primeras consultas con especialistas del HUBU y fecha comprendida entre el 1 de marzo y el 31 de mayo se han pasado sin ver al paciente, según información oficial facilitada por fuentes del complejo. Así, de las 18.191 citas iniciales programadas en ese período, 7.992 se han realizado a través del teléfono o por otras vías que evitaran el desplazamiento al hospital durante lo peor de la pandemia.
Las visitas presenciales siguen limitadas, en general, a lo considerado preferente, pero la directriz de la Consejería de Sanidad es ir ampliando agendas «de forma progresiva» y «en coordinación con Atención Primaria» para decidir qué personas necesitan atención hospitalaria «inmediata» y quienes pueden esperar.
La responsable de este departamento, Verónica Casado, afirmó hace días que esta semana ya debería sacarse adelante el 95% de la actividad programada en quirófanos, pero el ritmo en las consultas externas es distinto y, de hecho, hay servicios en el HUBU cuyos facultativos siguen sin ver nada que no sea urgente. En otros en los que ya habían vuelto a programar visitas presenciales de enfermos con citas anuladas o postergadas por la pandemia, están volviendo a llamar a esos pacientes para reprogramarles la consulta o informarles de que, a pesar de tener fecha y hora para ir al hospital, la atención médica se va a desarrollar por teléfono.
Esta circunstancia no es específica de Burgos ni de Castilla y León, donde es la Consejería de Sanidad la que está estableciendo criterios homogéneos para todo el territorio, sino que se ha generalizado en el territorio español. Así, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha decidido divulgar un informe en el que, sin ocultar que la consulta telemática puede tener utilidad, destaca que «en situación de normalidad, la opción de usar la atención a distancia debe estar consensuada con el paciente». Y llegado el caso en el que se considere la única forma de asistencia, también se establece que el profesional ha de contar con más tiempo del habitual para poder garantizar calidad a una consulta en la que no hay exploración física ni posibilidad de comunicación no verbal con el paciente, entre otras consideraciones.
En otros hospitales. En el HUBU se han hecho entre marzo y junio 1.848 operaciones, de las cuales el 25% han sido urgencias (458). Pero a estas hay que añadir las intervenciones que se practicaron en los hospitales privados de la capital, Recoletas y San Juan de Dios, tanto con personal propio de Sacyl como con medios y plantilla ajenos a la sanidad pública.
Así, profesionales de Sacyl de las especialidades de Traumatología y Cirugía Plástica operaron a 64 personas con medios de Recoletas entre mediados de marzo y primeros de mayo. En el caso de San Juan de Dios la situación es diferente, dado que hay un convenio especial firmado con Sacyl por el que diversos servicios del hospital religioso se integran en la sanidad pública, que les deriva pacientes como si fueran propios. Así, en centros privados se han programado 183 operaciones que han realizado facultativos ajenos a Sacyl.
En cuanto a las pruebas, destaca el volumen de radiografías simples, 19.267, dado que la placa del pulmón es clave para el diagnóstico de la enfermedad del coronavirus.