Las gestorías y asesorías vivieron entre marzo y abril un pico de trabajo que jamás pudieron llegar a imaginar. La cascada de cierres de negocios provocado por el decreto de estado de alarma precipitó un auténtico tsunami de Expedientes de RegulaciónTemporal de Empleo, una figura administrativa que ha ayudado a paliar en parte los graves efectos de la pandemia. Aunque esos meses quedan ya lejos, la orden de clausura de locales de hostelería salvo pedidos a domicilio que anunció la Junta el pasado martes está motivando una nueva avalancha de ERTE en las gestorías burgalesas.

Desde ayer viernes a las 00 horas los restaurantes y bares tienen prohibido levantar sus persianas a excepción de la entrega de comida para llevar, unos servicios mínimos que provocan que el mantenimiento de los puestos de trabajo se vea en entredicho.Es por ello que la inmensa mayoría de propietarios ha vuelto a requerir de los ERTE para salvaguardar su economía.En Metre Asesores confirman que todos sus clientes de la hostelería han reactivado los expedientes que en primavera ya solicitaron. «Hay muchos bares que solo dan vermús o cafeterías que no están preparadas para el servicio a domicilio o que carecen de cocina», apuntan como una de las principales razones que han llevado a sus clientes a cerrar los negocios durante dos semanas. Los ERTE se han requerido en todos los casos para la plantilla al completo y contemplan la suspensión de los contratos.

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