Hora es de orar (El Oficio Divino)

GUILLERMO DÍEZ
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Una de las actividades más importantes en la vida de una comunidad religiosa es el encuentro para rezar juntos. Sin duda, se fortalece la unidad y se crean poderosos vínculos entre quienes conviven y comparten la oración

Fachada de la Catedral de Burgos (I) con el reloj en el exterior de la torre Norte (1853). / Fachada de la Catedral de Burgos (II) con el reloj en el exterior de la torre Norte (1867). - Foto: Charles Clifford y Juan Laurent y Minier

Una de las actividades más importantes en la vida de una comunidad religiosa es el encuentro para rezar juntos. Sin duda, se fortalece la unidad y se crean poderosos vínculos entre quienes conviven y comparten la oración. 

Por eso San Benito, en el siglo VI, establece una forma de hacerlo en los monasterios benedictinos que en seguida se va a extender por todo el mundo cristiano y sus diferentes congregaciones. 

A lo largo del día, la comunidad se reúne en la capilla para rezar los oficios. Tras una invocación inicial, se canta un himno, a continuación se entona la salmodia, y tras una lectura, un responsorio y la oración final se lee una despedida. Estos rezos y sus textos son acordes con cada tiempo litúrgico (adviento, navidad, cuaresma, pascua...) y con las diferentes conmemoraciones diarias del santoral.

A la izquierda, reloj de sol en la catedral de Burgos. A la derecha, portada de un libro actual para la Liturgia de las Horas. A la izquierda, reloj de sol en la catedral de Burgos. A la derecha, portada de un libro actual para la Liturgia de las Horas.

Las horas canónicas son las siguientes:

*Maitines: (Antes de que amanezca)
.- 11 de agosto de 1450: Se distribuyen los maitines de Santa María de Agosto: a cada ración 15 fanegas de cebada, cuatro de trigo y medio florín.
.- 2 de agosto de 1465: Que el campanero toque a maitines a la una de la noche desde abril hasta San Miguel, y a las dos desde San Miguel hasta marzo, y que se canten y no se digan rezados bajo pena de perder la prebenda.
.- 23 de septiembre de 1553: Se nombra a los sochantres de los maitines y se les pide que den orden sobre cómo han de celebrarse.
.- 13 de marzo de 1809: Que se acuerde con el maestro de capilla que los maitines de Tinieblas se canten a su hora.

* Laudes: (Al amanecer) De laudare (alabar). Se dan las gracias por el nuevo día. 

Las pesas en la ‘cuerda’ de la maquinaria del ‘Papamoscas’.Las pesas en la ‘cuerda’ de la maquinaria del ‘Papamoscas’.

* Prima: (Primera hora después de amanecer, alrededor de las 06:00’)
Lunes, veinte e tres días del mes de setiembre, año de 1454, estando ayuntados en la capilla de Santa Catalina, los señores del Cabildo ordenaron que de aquí adelante se diga en cada día al toque de prima una misa cantada en la capilla de Sant Sebastián por la epidemia.

* Tercia: (Alrededor de las 09:00’)

* Sexta: (Alrededor de las 12:00’, después del Ángelus)
Aquí tiene su etimología la siesta como período de descanso recomendado tras la comida... Fue el propio San Benito quien marcó la norma de guardar reposo y silencio después de la hora sexta.

La ‘cuerda’ enrollada en su eje. Maquinaria del ‘Papamoscas’.La ‘cuerda’ enrollada en su eje. Maquinaria del ‘Papamoscas’.

* Nona: (Alrededor de las 15:00’)
.- 8 de junio de 1626: Se informa a los maestros de ceremonias de la propuesta sobre el oficiar la nona algo más tarde durante la octava del Santísimo Sacramento.

* Vísperas: (Tras la puesta del sol, alrededor de las 18:00’)
En 1790 se hacen unas tablas de punto para anotar la asistencia diaria de los capellanes y acólitos que han cantado vísperas en la capilla de los Condestables.

* Completas: (Antes de dormir, alrededor de las 21:00’ horas)
Lunes, dies y nueve días de abril del año del nascimiento de Nuestro Señor Jesu Cristo de mil e trescientos e noventa y cinco años; estando el obispo con todos los señores beneficiados, canónigos y racioneros ayuntados en su cabildo, ordenaron que el que estudiare cumplidamente así a maitines como a prima y a tercia y a sesta y a nona y a vísperas y a completas, fasta la oración acabada, que gane la distribución segunt que en la ordenación y estatuto se contiene.
.- 5 de junio de 1620: Se propone que, en el coro, se canten las horas con pausa, porque se suelen cantar con alguna priesa.
.- 8 de noviembre de 1630: Quejas a los sochantres acerca de la mucha prisa con que realizan los oficios y las continuas faltas al servicio de coro tomando más días de recreación de los que les corresponden. Se les anuncia que en Palencia y Cuenca hay ciertos sochantres que vendrían si se los llamase...

También hay reproches hacia algunos sochantres que, aunque estén en el coro, se excusan de cantar.
.- 5 de octubre de 1759: Se observa que los músicos truncan muchos versos, omiten partes del rezo y hablan estrepitosamente.

Para sincronizar los encuentros, es necesario ‘medir’ el tiempo. Hoy ni nos planteamos que esto fuera un problema porque todos tenemos la hora exacta a la vista en cualquier momento; pero en el Medioevo no era así... 

En los monasterios y catedrales era necesaria la presencia de un reloj, de alguien que lo cuidara y mantuviera en uso, y de una persona -habitualmente, el campanero- que se encargara de anunciar a la comunidad cada una de las horas canónicas para dirigirse al coro y participar en los oficios.

¿Cómo saber qué hora es? Siempre hubo quienes ocuparon tiempo en ingeniar artefactos para medir el tiempo. Esto facilitó la distribución de las actividades a lo largo del día con cierta precisión: Los relojes más antiguos que se conocen tienen unos 4.000 años y aunque no usaban paneles solares, eran ‘de sol’ (no son útiles por la noche ni en días nublados...). Es habitual encontrarlos en antiguos edificios civiles y religiosos, en las paredes orientadas al Sur. Los que están en monasterios, catedrales o colegiatas suelen ser peculiares, pues, en muchos casos, tienen divisiones específicas para el uso religioso sin importar demasiado el número referente a la hora. Algunos son muy curiosos y tienen tallados interesantes dibujos relativos a cada hora canónica. 

También son de origen muy antiguo las clepsidras o relojes ‘de agua’ -se conocen desde el siglo XVI a. de C.- y resolvían el problema nocturno, porque funcionaban también durante las noches. 

Los primeros relojes mecánicos aparecen a finales del siglo XIII.

Ahora ya no hay que dar cuerda a los relojes. Probablemente muchos jóvenes no conozcan la expresión y menos aún su origen: La energía para su funcionamiento provenía directamente de la naturaleza. Una soga enrollada en un eje tenía una pesa en el otro extremo que era atraída por la gravedad de la tierra. Antes de que se desenrollara completamente y perdiera su eficacia, había que girar el eje en sentido contrario para volver a colocar la soga en él; es decir, había que ‘darle cuerda’ literalmente...

Luego la expresión se utilizó con cualquier tipo de reloj, aunque la cuerda fuera sustituida por un fleje metálico enrollado en espiral, mucho más práctico y pequeño para poder usarse en los relojes de pulsera.
.- 16 de julio de 1419: El tesorero de Covarrubias, canónigo y administrador de la fábrica de esta catedral, nombra al casero de este cabildo y al relojero para que arreglen y tengan a punto el reloj de esta catedral, a cambio de 600 mrs. y dos cargas de trigo de salario.
.- 15 de noviembre de 1496: Juan de Nuremberg, alemán, se obliga a servir el reloj de la catedral durante un año, y reconoce recibir del prior de Covarrubias un castellano (moneda de oro acuñada en España en el siglo XIV) como parte de su salario.
.- 11 de diciembre de 1525: Se encarga al maestre relojero que se ocupe de mantener el reloj de esta catedral durante nueve años, cuidándolo con aceite y sosas, sin permitir que se pare, a cambio de un salario de 10 florines de oro al año.

Los libros de coro. Otros elementos muy importantes para la participación en la Liturgia de las Horas son los libros de coro. Sin ellos no se puede seguir la celebración ni participar en ella. Ahora los libros están por todas partes, pero en el Medievo no era fácil disponer de ellos: estaban hechos a mano y eran muy caros.

Solían hacerse unos grandes cantorales que se colocaban en medio del coro, sobre el facistol, para poder leerlos desde las sillas corales:
.- 3 de abril de 1570: Se encargan los libros necesarios para decir los maitines de todo el año.
.- 13 de enero de 1589: Se nombran dos canónigos para que encarguen los libros y cuadernos de canto necesarios para el coro de esta catedral.
.- 17 de noviembre de 1589: Se efectúa el pago de los libros de música que trajeron de Sevilla para el coro y servicio de esta catedral.
.- 8 de enero de 1593: Se da cuenta del poco cuidado que se tiene con los libros del coro y cuál rotos y maltratados están por no haber quien mire por ellos. Y el daño que rescibe la fábrica es muy grande, por lo mucho que cuestan. Se comete al fabriquero que atienda a el remedio proveyendo cerca dello lo que convenga.
.- 25 de enero de 1602: Ana de Ávila, mujer que fue de Juan Guerra, escritor de libros, dice que tiene acabado el libro que dejó su marido empezado para el coro, y otro que asimesmo dejó empezado se va prosiguiendo; que el cabildo le haga merced de que se le dé algún dinero para los oficiales, que ella dará seguros de acabar la obra a satisfacción o volverá el dinero.
.- 8 de febrero de 1602: Se refiere cómo uno de los canónigos ha visto el libro santoral que había dejado hecho Juan Guerra, escritor de libros, difunto, y el segundo cuerpo del mesmo santoral, que Ana de Ávila, su mujer, iba haciendo con los oficiales que tiene y que del dicho libro acabado se le deben ducientos y tres reales, y doce de ciertas plegarias, y que para pergamino tenía necesidad de dineros y parecía se le podían dar ducientos y ochenta y cinco reales, que por todos son quinientos, con lo que se le debe.
.- 23 de septiembre de 1602: Joán Baptista de la Riva, escritor de libros, solicita ser recibido como escritor de la catedral. Le avala el estar casado con una hija de Pedro de Salaverte, escritor que fue de esta catedral y del monasterio de San Lorenzo el Real del Escorial (asalariado de Su Majestad).

Fue aceptado, porque en diciembre solicita algún dinero para pergamino mientras va haciendo el vespertino dominical para el coro.
.- 14 de junio de 1730: El lectoral expone que se han traído seis salterios nuevos de Madrid para el coro, y por ser muy caros propone que se compongan los salterios viejos en Burgos, para usarlos en los maitines de noche, y se reserven los nuevos.
.- 19 de abril de 1773: El fabriquero informa de que un religioso de San Juan de Ortega, que ha tomado a su cargo la composición de los libros de coro, por haber muerto un mercenario con quien se había convenido el tesorero, desea se le permita estar en el colegio de mozos de coro dándole el simple cubierto. Se le concede el cuarto del vicerrector hasta que termine la recomposición de los libros; máxime cuando lo hace con más equidad que dicho mercenario.

Curiosamente, algunos lingüistas afirman que los saludos en castellano, a diferencia de otras lenguas, se construyeron en plural (buenos días, buenas tardes, buenas noches) por analogía con las horas canónicas (maitines, laudes, vísperas). Estos rezos comunitarios se acompañaban a menudo con un instrumento pequeño (armonio, salterio, cítara...) en función del tamaño del lugar -pequeña capilla sin órgano- y del número habitual de asistentes. Pequeños grupos de niños y mozos de coro eran requeridos, dirigidos por los sochantres, para participar en los oficios y solemnizarlos.

Todos estos datos proceden del Archivo Catedralicio, de textos de D. José López Calo (musicólogo), del ‘Diccionario etimológico de la lengua castellana’ de Joan Corominas y de conversaciones con algunos canónigos de la catedral.