La ANPBA insiste en cambiar los animales vivos del Escarrete

DB
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El colectivo animalista anima a los vecinos de Poza de la Sal a elaborar de forma "manual y artesanal" gallos y conejos simbólicos que sustituyan a los de verdad en la tradicional fiesta que se celebrará el próximo 2 de febrero

La ANPBA insiste en cambiar los animales vivos del Escarrete - Foto: Patricia

La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) ha vuelto a pedir formalmente al Ayuntamiento de la localidad burgalesa de Poza de la Sal que en su fiesta de la Danza del Escarrete sustituya los animales vivos por otros "simbólicos". La ANPBA plantea que se cambie a los animales de corral (gallos, gallinas y conejos) por otros de goma, cartón piedra, plástico, yeso o arcilla.

El acto central de esta Fiesta de Interés Turístico Regional, que ha venido suscitando las protestas de algunos colectivos que entienden que se produce maltrato y estrés a los animales, es la popular danza que tiene lugar en la plaza alrededor de dos gallos y un conejo; hasta hace un par de años se ataba a los animales por las patas, costumbre que ya en 2018 se abandonó y ahora se les lleva en jaulas con el suficiente tamaño para que estén cómodos en su interior.

A través de un comunicado, la Asociación ha recordado que el Juzgado de lo Contencioso de Burgos estableció como hechos probados en sentencia firme que los animales padecen y sufren estrés en este tipo de espectáculos, como han señalado los peritos que apuntan al "profundo nerviosismo y revoloteo" de los gallos atados por las patas a una argolla en el centro de la plaza.

ANPBA asegura que en una prueba pericial, los veterinarios de la Junta de Castilla y León y este colectivo confirmaron que los gallos y conejos que se utilizan en esta celebración son objeto de "tratos antinaturales", lo que contraviene además la Ley de Protección Animal de Castilla y León. Por todo ello, el colectivo ha planteado al Ayuntamiento que los pozanos colaboren de forma activa y sean ellos los encargados de la elaboración, manual y artesanal, de los gallos y conejos simbólicos, que sustituirían a los de verdad en esta celebración que tendrá lugar el próximo 2 de febrero.

El alcalde de la villa, José Tomás López, aseguraba tras la celebración del año pasado que "no hay lugar para la polémica y que entrar en ella es un tiempo perdido", y recordaba que los animales se cuidan bien, tanto por su propietario como cuando llega la fiesta, en la que todo transcurre con normalidad, "sin que se den motivos para que los animales ni se estresen ni sufran".