Mi vida entre jabalíes

A.C.
-

Luis Miguel Lucio Pérez llegó a contar con 38 jabalíes en su finca de Lastras del Teza y conserva 13. Son sus «mascotas», con las que se sacude cada día la tensión del trabajo en su empresa de metalurgia, aunque también son fuente de preocupaciones

Jabalíes contra el estrés - Foto: Alberto Rodrigo

Luis Miguel Lucio Pérez es un hombre con los sentimientos a flor de piel. Se emociona sin parar hablando de sus jabalíes. Sí, leen bien, sus jabalíes. Ni perros, ni gatos, ni canarios, jabalíes, a los que considera sus «mascotas» y con los que afirma que disfruta «pasándoles la mano por el lomo y dándoles de comer, solo eso». Son su vida, su fuente de ocio principal y una terapia única a la que cada tarde dedica de tres a cuatro horas para combatir el estrés, porque asegura que sin estos animales salvajes que cuida desde 2004 «estaría en el cementerio o en el manicomio.

Aunque es natural de Arija, este empresario del sector del metal que ha llegado a tener 50 trabajadores a su cargo en su negocio radicado en Vizcaya, tiene una casa de verano en Medina de Pomar. Pero cuando vuelve a la rutina del trabajo, se desplaza cada tarde igualmente desde Bilbao, lo que le lleva casi una hora de coche hasta llegar a sus instalaciones Lastras de Teza, muy cerca de Quincoces de Yuso. Allí Luis Miguel compró siete hectáreas de suelo rústico con la idea de criar caballos, pero una de esas casualidades de la vida hizo que acabaran en sus manos tres pequeños jabalíes que un perro halló en el monte tras haber perdido a su madre. Y fue entonces cuando comenzó el idilio.

(El reportaje completo y más fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)