Sentirse como en casa pero a 600 kilómetros

LETICIA NÚÑEZ
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Cada año por estas fechas, un grupo de temporeros de Palma del Río y La Carlota, en Córdoba, hace las maletas para vendimiar en Pedrosa de Duero. Son fijos. Algunos llevan más de 20 años subiendo a Burgos. La relación ya trasciende lo profesional

Sentirse como en casa pero a 600 kilómetros

Antonio López Martín lleva 27 años vendimiando en la Ribera del Duero. Más concretamente en Pedrosa de Duero para la Bodega Hermanos Pérez Pascuas. Sus otoños no se entienden de otra manera. A finales de septiembre, prepara las maletas y recorre los 657 kilómetros que separan Palma de Río, en Córdoba, del municipio ribereño. Es, de alguna manera, su ritual personal.

En Pedrosa sabe que le esperan con los brazos abiertos. Al fin y al cabo, después de tantos años prácticamente le consideran como uno más de la familia. «Soy fijo aquí», dice con una sonrisa mientras corta racimos de uva tempranillo a una velocidad endiablada. No ha faltado a ninguna de las últimas 27 vendimias en la bodega. Asegura que tanto él como el resto de su cuadrilla cordobesa conocen «muy bien» las viñas. Huye de todo tipo de pretenciosidades, pero lo cierto es que domina palmo a palmo el terreno.

(El reportaje completo con varios testimonios y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)