La UE considera desde 1995 "prioritario" el AVE por Burgos

H.J.
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Hace ya 25 años incluyó la línea Madrid-Valladolid-Francia en el puesto 8 de 11 proyectos estratégicos para el transporte continental. Esta semana la Comisión Europea ha vuelto a repetirlo pero los trenes sigue sin fecha

La UE considera desde 1995 "prioritario" el AVE por Burgos - Foto: Luis López Araico

21 de junio de 1995: «La Unión Europea incluye en sus prioridades una línea de alta velocidad por Burgos», titulaba este periódico. 17 de junio de 2020: «La Unión Europea apremia a construir el AVE a Vitoria para conectarlo con todo el continente», rezaban estas mismas páginas del DB.

No es un espejismo, no vive usted en ‘El día de la marmota’. Lo que ocurre es que han pasado dos décadas y media de la presunta consideración del eje atlántico como un proyecto fundamental para el transporte continental y un cuarto de siglo después los trenes ni siquiera han llegado a la capital burgalesa, mientras que nadie en su sano juicio se atrevería a apostar más de 5 euros por una fecha de conexión con Vitoria.

La Unión Europea lleva 25 años recordando que esa inversión es prioritaria pero los gobiernos de Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez no han sido capaces de darle el impulso necesario para lograr su inauguración, mientras un buen número de capitales españolas han ido adelantando a Burgos y al País Vasco por la derecha.

A mediados de los 90 fue el consultor y economista Kenneth Dobeson, un inglés experto en la línea Santander-Mediterráneo que por aquellos tiempos era la referencia local en materia ferroviaria, quien anunciaba la buena nueva de que la UE había incluido entre los proyectos prioritarios de infraestructuras la línea de alta velocidad Madrid-Valladolid-Francia. En concreto, ocupaba el puesto número 8 de un total de 11 en todo el continente que se repartirían la financiación comunitaria (la Madrid-Barcelona estaba en el número 3) y esto significaría que el proyecto «podría llevarse a cabo en 10 o 15 años», decía Dobeson. Evidentemente pecaba de optimista.

Sí que acertó en que la necesidad de tender vías de ancho ibérico y europeo aconsejaba la opción del desvío frente al soterramiento que entonces todavía se debatía, pero a día de hoy la estación Rosa de Lima Manzano, inaugurada a finales de 2008, sigue esperando en el desangelado páramo del S-4 a que llegue la alta velocidad.

Cuando se anunciaron aquellas primeras prioridades europeas en materia de alta velocidad España solo contaba con una línea. Sevilla había sido agraciada con el premio gordo de la modernidad ferroviaria aprovechando su Expo 92, y a partir de ahí las instituciones comunitarias empezaron a diseñar los mapas del AVE español y su unión con el resto del continente.

 

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