Los gimnasios exigen al Ayuntamiento una campaña de bonos

I.E.
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Los empresarios del sector piden una reunión a la concejala Rosa Niño para pedir que se pongan en marcha en enero, ya que en otoño no los han tenido

Un joven con mascarilla coloca unas pesas en un gimnasio. - Foto: Alberto Rodrigo

Reclamaron subirse al carro de los bonos al consumo en otoño, pero el Ayuntamiento decidió no incluir a los gimnasios entre los sectores beneficiados por esta línea de subvenciones que tanto éxito ha tenido en el comercio y, algo menos, en la hostelería. Ahora los centros deportivos reclaman una reunión con la concejala Rosa Niño con el fin de pedirle una convocatoria exclusiva a partir del mes de enero, aunque el presidente de estos negocios, Alberto del Val, estima que esa fecha es un poco temprana «para todos los trámites -burocráticos y técnicos- que exige poner en marcha una iniciativa de esta naturaleza». Pero el sector considera que la Administración local se lo debe, porque han sufrido «tanto o más los cierres y las restricciones provocadas por la pandemia» que los establecimientos de comercio y la hostelería. Asimismo, quieren pedirle a la edil que se acuerde de otro compromiso adquirido, el de implementar una campaña de publicitaria para devolver la confianza a la ciudadanía para el uso de los centros deportivos.

La Asociación de Gimnasios de Burgos ya sugirió antes del verano al alcalde, Daniel de la Rosa, la posibilidad de contar con una línea similar a la ya contemplada para comerciantes y hosteleros. Del Val asegura que el propio regidor le transmitió en un encuentro su compromiso para que tanto su gremio como todos los negocios relacionados con la salud -entrenadores personales o fisioterapeutas- pudieran contar con una serie de bonos al consumo. Es por ello que a lo largo de los próximos días quiere reunirse con la concejala de Comercio, Rosa Niño, para ahondar más en el planteamiento.

«A partir de enero llegan unas fechas muy buenas para nosotros, por lo que contar con un producto similar al de hostelería y comercio nos daría un gran impulso», confiesa Del Val. La vuelta de las vacaciones de Navidad es uno de los inicios de la temporada más fuerte para el sector.

El sector de los gimnasios, y en concreto el burgalés, ha sido uno de los más perjudicados por la pandemia. Hasta la reapertura del mes de marzo acumularon más de 200 días sin abrir sus persianas, por lo que la vuelta al tajo está siendo más que productiva para los centros. Durante la Navidad pasada apenas registraron clientes, y cuando por fin veían la luz, el 11 de enero, la Junta volvió a limitar su actividad por al alza de los contagios.

Aunque posteriormente la administración regional volvió a imponer restricciones por culpa del aumento de las infecciones, los gimnasios no han vuelto a sufrir cierres o modificaciones de sus aforos, pero necesitan un empujón para volver las cifras de negocio de antes.