Pasar de 30 ya no sale gratis

F.L.D.
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Comienzan a sancionar a los turismos por superar la velocidad permitida en las ciclocalles, especialmente en la calle Pozanos

Las nuevas ciclocalles se comenzaron a pintar a principios del pasado mes de junio. - Foto: Jesús J. Matí­as

La principal duda que le sigue asaltando al ciclista antes de bajar a la calzada es el exceso de velocidad de los coches, especialmente en las calles de más de un carril por sentido. El Ayuntamiento habilitó unos diez kilómetros de circuito para bicis hace aproximadamente un mes ante el aumento del transporte sostenible que coincidió con el final del estado de alarma. Para ello, señalizó una serie de ciclocalles y ciclocarriles que representaban el primer tramo de un largo camino hacia la mejora de la movilidad. Desde el área de Seguridad Ciudadana, plantearon incrementar los controles en estas nuevas vías para mejorar la seguridad de los usuarios de estos vehículos de dos ruedas, ya fuera por invasiones de áreas reservadas para este colectivo, como por pisar el acelerador más de la cuenta. En las últimas semanas, la Policía Local ha extremado la vigilancia en las ‘zonas 30’, donde ha denunciado a 42 conductores. 

Aunque desde el cuerpo municipal apuntan que son zonas en las que los vehículos respetan bastante los límites establecidos en 30 kilómetros por hora, los agentes llevan varias semanas colocando con bastante frecuencia el radar móvil en tres vías reconvertidas en ciclocalles. El lugar en el que más infracciones han detectado es Pozanos, donde entre el 1 y el 16 de julio el cinemómetro multó a 39 coches. Las otras tres restantes se las reparten entre la calle Santander (2) y San Pablo (1). 

«El objetivo es generar un entorno seguro a los ciclistas para que puedan convivir con turismos, furgonetas y motos en la calzada», señala la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero. Así, el control de la velocidad no es lo único en lo que está incidiendo el Ayuntamiento, sino que la Policía Local también está vigilando los ciclocarriles para que los vehículos no invadan las zonas reservadas para las bicicletas.

Los colectivos ciclistas advirtieron de una serie de carencias de esta nueva red ciclista que, en cualquier caso, consideran «temporal»  hasta construir un auténtico circuito de carril bici. Entre otras cosas, señalaron las invasiones de las áreas de espera avanzada ubicadas frente a los semáforos como una de las conductas más habituales, si bien los coches parecen ir acostumbrándose poco a poco. Además, en grandes vías como la avenida del Cid o la calle Vitoria, hay vehículos que estacionan en doble fila, de manera que no solo se dificulta la circulación, sino que el adelantamiento genera un peligro. Todas estas cuestiones deberían resolverse, a juicio de muchos usuarios, con una campaña informativa sobre estas infraestructuras.