Año olímpico para Pablo Acha

Á.O.
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Tras la anulación de la plaza olímpica conseguida en 2020, el tirador burgalés reinicia el camino con el fin de volver a clasificarse para la cita de Tokio. Está en el mejor momento de toda su carrera

Pablo Acha se dispone a disparar con su arco durante la segunda fase de la competición mundial, celebrada en Shanghai (China) en mayo de 2019. - Foto: Dean Alberga/ DutchTarget (worldarchery.org)

Entre el caos que generaron todos los sucesos imprevistos del 2020, parecía que Pablo Acha se podía agarrar a un hecho que iba a servir como base de cara a su futuro más cercano: su clasificación en el equipo nacional para los Juegos Olímpicos de Tokio. Sin embargo, la pandemia también lo alteró y anuló la validez de su billete olímpico al alegar que se debe conseguir en el mismo año en que se celebre la cita internacional, es decir, 2021.

Tras una polémica en la que Pablo Acha se vio envuelto de manera indirecta a raíz de esta decisión, el burgalés decidió no alimentar el debate y se ciñó a lo dictaminado por los organismos referentes. De esta manera, tiene que volver a colarse como uno de los cuatro mejores tiradores del país para entrar en el equipo español, además de clasificar al combinado para la Olimpiada en el país nipón. Sin embargo, la nueva oportunidad que se abre para él es la clasificación individual,  la cual había ganado Miguel Alvariño pero también fue anulada.

A finales de este mes de enero comienza la acción para el tirador castellano. De las cinco pruebas que dictaminarán quiénes serán los representantes del equipo nacional, las dos primeras se celebrarán a partir del día 28 de este mes. Los resultados reflejarán ocho nombres, que serán los que se jueguen las cuatro posiciones finales en la siguiente fase. Pablo Acha espera ser uno de los elegidos, pues su objetivo trasciende a esta clasificación: «Estoy centrado en el equipo.

Tendremos muchas más posibilidades de medalla que en el plano individual. La meta es llevarnos un metal por equipos», afirma el deportista dando por supuesto su presencia. Tras sellar ese primer paso, será en París, en el mes de junio, donde el equipo deberá clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio.

La principal competencia nacional es Miguel Alvariño, ganador de la plaza individual en 2020. También aparecerán nombres como  Daniel Castro, Ken Sánchez o Yun Sánchez, todos ellos convivientes del burgalés en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid. 

La ventaja para ellos es que las instalaciones del centro madrileño han funcionado a la perfección. «Al estar allí es más fácil mantener el nivel, e incluso mejorar. Fuera no sé si el resto habrá podido practicar en condiciones debido a la pandemia», comenta Acha, que compagina estudios y deporte en la capital.

Esta mejora en un contexto complicado, unida al aprovechamiento del tiempo durante la cuarentena, ha hecho del 2020 un año muy fructífero para el joven tirador. «Hice cambios técnicos que creo que me van a funcionar. Mis puntuaciones lo han reflejado porque han subido. Soy mejor porque el 2020 me ha educado como deportista», revela Pablo Acha, que se siente «a años luz» del nivel que demostró en la anterior fase clasificatoria.

Con la ambición como guía, Pablo Acha se muestra ansioso e ilusionado por comenzar a competir, y no reprocha nada de la decisión que lo obliga a volverse a ganar su plaza olímpica:«Esta experiencia ya la he pasado una vez, así que para mí esa presión no es nueva y eso es bueno», apunta.

A finales de mes, Pablo Acha da los primeros pasos hacia su sueño, que lo llevará a Tokio por equipos, y quién sabe si individualmente.