En Estambul, la vida va a mil revoluciones más que en Burgos. La diferencia horaria -dos horas más que en España- hace que el Hereda San Pablo llegue a media tarde, ya con la noche cerrada. Desde el aire, la ciudad es un inmenso mar de luces que da cobijo a casi 16 millones de personas. En tierra, un autobús escoltado por la policía libra a la expedición azulona de los atascos y la lleva hasta el distrito de Besiktas, en la orilla europea del estrecho del Bósforo. Sólo ese barrio, con 200.000 habitantes, supera en población a Burgos.
Allí se encuentra el BJK Akatlar Sports Hall, un estadio con capacidad para unos 3.200 espectadores que recibe a los castellanos engalanado del blanco y negro característico de su rival y con un mensaje en grande detrás de la canasta: «Se puede aceptar el fallo, pero nunca el no intentarlo». Esa es la premisa a la que intentará agarrarse hoy (18.00 horas) el equipo de Maldonado para sellar el triunfo y acercarse a la clasificación como primero del Grupo H de la Basketball Champions League. Lo hará con las sensibles ausencias de Vítor Benite y Dani Díez por lesión.
Apenas han pasado dos meses desde que el San Pablo y el Besiktas se vieron las caras en Burgos, pero las realidades de uno y otro han variado mucho desde el entonces. Ambos han sufrido cambios en sus plantillas y han sido víctimas de un inicio de temporada un tanto irregular, aunque eso no les ha impedido llegar a la penúltima jornada de la fase de grupos dependiendo de sí mismos para ser líderes (...).
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