Objetos para jugar y crear

I.L.H.
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El colectivo GAP invita al espectador a que interactúe en el monasterio de San Juan con las piezas "objetuales" expuestas. '?Qué¿', con los signos al revés, interroga sobre la creatividad

De izda. a dcha: Ismael Ali de Unzaga, Elvira Mateos, Sacris, Rafa Mediavilla, Luiso Orte, Humberto Abad y José Luis Ramos. - Foto: Luis López Araico

Antes de que Duchamp hiciera de un urinario la primera obra conceptual, el hacer arte de un objeto que tiene un uso particular ya se utilizaba siglos atrás aunque no tuviera ese nombre. El colectivo GAP (Gremio de Autores Plásticos) hace ahora una revisión de esos conceptos y se pregunta sobre el arte y el artista, el objeto y la obra, la creatividad y el reciclaje, la función artística y el papel del espectador. Con la idea de la interacción, el colectivo propone al público que juegue con las instalaciones expuestas en el monasterio de San Juan y se cuestione lo que ve.

"Hemos salido de nuestra zona de confort, de nuestros estilos y técnicas para meternos en otra cosa que no controlamos. Hacemos juegos de palabras, dobles sentidos, reutilización de objetos, metáforas visuales...", explica Elvira Mateos, que para la muestra ?Qué¿, con los signos al revés, hace de comisaria. "En el GAP somos artistas independientes, los hay más conceptuales, otros figurativos, que esculpen, que pintan... Y en este caso nos planteamos si cualquier cosa puede ser arte o lo es cuando entra en juego el ingenio creador; si todos podemos ser artistas; cuál es el verdadero valor de los objetos; qué es el arte conceptual, etc.", señala Mateos. "Creo que los niños se pueden divertir recorriendo la muestra porque pueden sentirse reflejados en algunas ideas, en el desarrollo de objetos con otros objetos, en las creaciones recicladas...", añade Humberto Abad.

Sin rótulos que especifique la autoría personal porque prefieren que sea una exposición del colectivo, hay obras "objetuales" con piedras que evidencian el peso de las mochilas que cada cual llevamos a la espalda (pieza icónica que abre la exposición), poemas visuales sobre las espinas y las rosas, travesuras con las palabras que ponen la etiqueta a un batín, esculturas de reciclaje, juegos estéticos...

Repartidas bajo la cubierta del patio del claustro hay instalaciones que tienden al sol fotogramas de cine, que reproducen el hogar de un albañil creando el mobiliario con sus herramientas, que pintan de colores poperos el espacio de crianza, que hacen humor kitsch con el ganchillo o que ponen a secar la precariedad del arte. "Hemos intentado crear utilizando los mínimos recursos. Como propuesta conceptual de que con poco se puede crear, pero también por necesidad, porque a los artistas exponer nos cuesta dinero y la mayor parte de las veces no lo recuperamos", afirma la comisaria. Hay alusiones a las trampas del progreso, las exigencias de la pandemia, la cultura del selfie o las preferencias artísticas.

Las creaciones son obra de: Simón de Castro, Luiso Orte, María de la Fuente, José Luis Ramos, Sacris, Fernando Arahuetes, Beatriz Marcos, Ismael Ali de Unzaga, Óskar Díaz, Rafael Mediavilla, Elvira Mateos, Fran del Hoyo, Humberto Abad y María Gómez. Cuentan con Diego Galaz como artista invitado, que participa con un rababah, instrumento de cuerda frotada de los que fabrica el músico con lo que tiene a mano. La muestra se inauguró el pasado viernes y estará abierta hasta el próximo 4 de julio.