El verano ya llegó a Briviesca

S.F.L.
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Pese a los retrasos en las obras de rehabilitación integral de las piscinas y que aún falten remates, los vecinos se muestran encantados con el resultado de la reforma, aunque confiesan que llegaron a dudar de que estuviese a tiempo

El verano ya llegó a Briviesca. - Foto: S.F.L.

«¡La espera ha merecido la pena!», exclama Montse, una briviescana que desde que las nuevas piscinas municipales quedaron inauguradas no ha perdido comba y acude cada día a pegarse unos buenos chapuzones. La mujer reconoce que formaba parte del colectivo de la ciudad que no apostaba «ni un euro» porque las instalaciones acuáticas abrirían esta campaña. «Me equivoqué y me alegro de ello», expone.

Junto a ella reposa en el borde de la piscina grande Olga, que como buena matriarca no pierde de vista a ‘su cachorra’ mientras comenta la actualidad con sus amigas. «¡Mireia, despacio, que el suelo resbala mucho!», grita a su hija, que con agilidad consigue evitar una caída. Su amigo Iker no corre la misma suerte y acaba por posar las rodillas en las baldosas. «Las instalaciones han quedado de maravilla aunque si tengo que poner un pero es por el suelo, que resulta peligroso cuando está mojado. Unos cuantos se han llevado algún ‘sustillo’ porque han aterrizado en la zona empedrada y se han rozado, aunque nada grave», declara la usuaria.

Javi, uno de los cuatro socorristas que vigilan la zona, recuerda que «está prohibido correr en el borde» de los vasos. No obstante, el briviescano muestra una gran satisfacción al reconocer que la gente le facilita mucho el trabajo. «Los usuarios están muy concienciados y siguen las normas a rajatabla, siempre hay excepciones, pero corresponde a un porcentaje muy mínimo. Las instalaciones están funcionando muy bien y por el momento no nos hemos enfrentado a problemas de aforo», asegura.

El malestar común entre los briviescanos más asiduos a utilizar el servicio se ha desvanecido y a pesar de que las puertas se abrieron al público tres semanas más tarde que en anteriores anualidades el enfado ha quedado en el olvido. ‘Las Saras’ y sus bebés, Adriana e Izar, no lo tienen en cuenta. Comprenden que en ocasiones las obras de gran envergadura se alargan y que no es culpa de nadie. «Hasta estos días no hemos visto mucho el sol así que tampoco nos hemos acordado tanto del agua», declara una de ellas. Por contra, los bañistas sí que echan en falta un bar y más sombra. Diego y Marta compran las bebidas en las máquinas expendedoras de la entrada pero se lamentan de que no haya posibilidad de tomar algo y comer en una terraza.

Respecto a la falta de sombra, el alcalde del municipio, Álvaro Morales, afirma que se está estudiando «instalar sombrillas de brezo por el recinto» para crear más espacios protegidos de los rayos solares.

El público se anima y las cifras de los accesos diarios han llegado a superar el millar, una cantidad que según Sergio, uno de los coordinadores deportivos, se alcanzaban los días de mayor afluencia de otros años. «Había ganas de disfrutar del agua y acude gente a cualquier hora», asegura.

Además, los usuarios no solo acuden a las instalaciones a nadar, sino también a practicar deportes de raqueta, baloncesto y fútbol. Asimismo, varias de las actividades deportivas programadas por el Ayuntamiento se imparten en el recinto y los niños participantes del campamento urbano acuden de lunes a viernes a disfrutar de sus talleres y acabar el día como más les gusta, ¡al agua patos!