30 años del TSJ en Burgos

G. Arce
-

Su ubicación definitiva, en dura pugna con Valladolid, y la eterna rehabilitación del palacio de Justicia han marcado tres décadas

El expresidente de los tribunales Supremo y Constitucional, Pascual Sala, preside un acto. - Foto: Lorenzo Matías

‘Un día histórico para Burgos’. Así titulaba el editorial de Diario de Burgos de la edición del 23 de mayo de 1989, el día en el que se constituyó oficialmente el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ), órgano encargado de proyectar en el poder judicial el nuevo sistema de ordenación territorial representado por las comunidades autónomas. La ciudad acogía en el palacio de Justicia a una de las tres instituciones básicas de la región, al poder judicial, aunque compartido con Valladolid, que se había hecho con las sedes del legislativo, las Cortes de Castilla y León (entonces en Fuelsaldaña), y del ejecutivo, la Junta (en el colegio de La Asunción).

Hace treinta años, todo se interpretaba en clave de reparto y la ubicación del TSJ en Burgos supo a poco después de acoger en el Palacio de la Isla a la sede la Junta de Castilla y León, finalmente trasladada a Valladolid. Por eso aquel 23 de mayo tuvo un regusto amargo:«La vieja herida en este asunto en modo alguno está cerrada, pero no creemos que vaya a ser este día el adecuado para recordar diferencias que estaban en el ánimo y en el conocimiento de todos, unos asumiéndolas y otros ignorándolas», recordaba el editorial, que perfectamente podría tener la misma lectura a día de hoy.

La ubicación definitiva del TSJen Burgos tuvo que sortear un tenso debate social, político y profesional entre los que apostaban por reunir todos los poderes en Valladolid para una mejor gestión y coordinación de los mismos; y los que, desde Burgos, apelaban a la historia de la capital del Arlanzón como cuna de Castilla para traer tan magna institución y compensar la pérdida de los grandes centros de gobierno de la nueva autonomía.

La tensión que presidió el reparto de poderes entre Valladolid y Burgos quedó atemperada en una proposición de Ley que recogía el preacuerdo alcanzado entre los todos grupos políticos representados en las Cortes regionales. Fue una victoria efímera, dos meses después, el 14 de diciembre de 1987, fue imposible reproducir la unanimidad de voto en la aprobación definitiva del proyecto de Ley que fijaba las sedes institucionales de la comunidad autónoma. Aún se recuerda el voto en contra de los burgaleses José María Arribas y Tomás Cortés (a los que se sumaron los leoneses José Eguiagaray y Jaime Lobo) rompiendo la disciplina marcada en el Partido Popular, entonces liderado por José María Aznar, presidente de la Junta de Castilla y León.

inauguración. Aznar estuvo presente en el abarrotado salón de plenos del Palacio de Justicia, donde se celebró el acto inaugural. No hubo sitio para todos y muchos permanecieron de pie toda la sesión.

Presidió la ceremonia Teodoro Ortega Torres, magistrado del Tribunal Supremo y vocal del Consejo General del Poder Judicial. A su lado, Antonio Nabal Recio, el primer presidente del TSJy último presidente de la Audiencia Territorial de Burgos. A partir de ese día, pasaba a ser el representante institucional de los magistrados y jueces que desarrollan su actividad en Castilla y León. A este cargo también aspiró su homólogo de la Audiencia Territorial de Valladolid, Rubén de Marino, que obtuvo 2 votos frente a los 15 del finalmente elegido.

«Yo creo que el TSJ es bueno para Burgos, tiene un sentido honorífico el que esté aquí la sede de uno de los principales órganos de la Comunidad, después de la Junta y las Cortes. Una incidencia social en la población no puede ser porque el órgano que realmente crea puestos de trabajo es la Junta, ni las Cortes ni el Tribunal pueden tener una incidencia semejante», auguró con acierto Nabal Recio en su primera entrevista a Diario de Burgos como presidente del TSJ.

Inauguró su mandato con el caso Pekus, que implicaba al presidente de la Junta Demetrio Madrid y que terminaría por provocar la dimisión del socialista, la primera y única que se ha producido hasta la fecha en la Comunidad. Los tribunales acabarían absolviendo al político de todos los cargos contra él.

Así, el TSJ ejerció de entrada una de sus principales competencias: el juzgar a políticos aforados, además de a jueces y fiscales que ejercen en su territorio.

restos. La creación del TSJ supuso el fin de las audiencias territoriales, también de la de Burgos, creada el 26 de enero de 1834. Bajo el mandato de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 arrancaba una nueva etapa que, de entrada, «no iba a ser fácil», en palabras del nuevo presidente del TSJ. Se abría un plazo de 4 años para implantar el nuevo modelo territorial y dotarlo de medios personales y materiales, revisando en el camino los métodos operativos, una tarea que parece eterna y aún prosigue hoy.

obras. Pero el principal problema de estos treinta años de vida del TSJ ha sido más mundano: el estado de un edificio cuya primera piedra colocó Amadeo de Saboya el 22 de julio de 1872 y que entró en funcionamiento en 1883.

El nuevo presidente del TSJmiraba con preocupación aquel mayo del 89 a la estructura y los forjados decimonónicos. Diez años después se desplomaría el techo del Juzgado de Instrucción número 2, accidente al que seguirían nuevos desprendimientos, fugas de agua e incluso un incendio la noche del 18 de diciembre de 2004. El palacio del paseo de la Audiencia no podía más y sus inquilinos tampoco...

Las obras de restauración, por las que tanto se trabajó en el mandato de José Luis de Pedro, se iniciaron en 2007 y finalizaron en 2012, ya con José Luis Concepción Rodríguez al frente de la institución. El nuevo Palacio de Justicia se inauguró el 18 de julio de 2012 tras una inversión de 18 millones de euros. Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, fue el encargado de terminar una tarea que ya se demandaba 23 años antes.

Actualmente, alberga la sede del TSJ, la Fiscalía Superior de Castilla y León y la Audiencia Provincial de Burgos. En el camino, y tras algún amago por desmembrar el alto tribunal repartiendo salas por otras provincias, se quedó la reivindicación de la ciudad de Burgos como Capital de la Justicia, acogiendo la nueva consejería que asumiría unas competencias que nunca han llegado, pero eso es otra historia...