El inicio de la campaña llevó bastante ilusión a Miranda. La directiva rojilla había confeccionado una plantilla joven, dinámica y con nombres interesantes. No obstante, el equipo ha terminado sufriendo muchos altibajos y los resultados no han acompañado en varias las jornadas. En cualquier caso, la llegada del mes de enero parece el punto clave para resetear sensaciones y afrontar nuevos retos.

El encuentro contra el Rayo Vallecano de Iraola en los dieciseisavos de la Copa del Rey se alza como el principal aliciente para impulsar un cambio en el ánimo jabato. Las eliminatorias de este torneo siempre han levantado pasiones en el seno del conjunto rojillo y esta edición no será menos. Además, la visita de un ex entrenador, del que se guarda tan buen recuerdo, supone otro elemento que dota de interés al partido.

Por otra parte, el inesperado anuncio del presidente del Mirandés durante la Junta de Accionistas también sirve para aumentar las esperanzas  que se depositan en el mes de enero. Alfredo de Miguel anticipó que la dirección deportiva trabaja en algunas incorporaciones. 

Todo parece indicar que el centro de la zaga y la medular resultan prioritarias. Si bien, estas posiciones no suelen llamar la atención del aficionado medio; a los seguidores rojillos sí que debe ilusionarles una ampliación de plantilla que permita a Escobar rotar, probar y dotar de solidez a la columna del once inicial.

Unido a ello, la competición regular vuelve a escena con los primeros compases del año 2022. Hasta el momento, el Mirandés ha tenido una trayectoria muy cambiante. Como una montaña rusa, de hecho. Sin embargo, el club se aferra a aquello de «año nuevo, vida nueva». Los rojillos encaran la segunda vuelta con la convicción de que Escobar ha dado con la fórmula para puntuar y la afición cree en el plan. 

Así, apenas faltan siete días para que termine un año que ha servido para que el club se asiente en la categoría... Esos mismos siete días que quedan para iniciar un año cargado de emociones.