Vino y marketing maridan a la perfección. Al menos así lo defienden en Bodegas Valduero, cuyas directoras, las hermanas Yolanda y Carolina García Viadero, tienen muy claro que «cuando buscas posicionarte en el mercado premium, no es suficiente con hacer un buen vino, sino también construir una marca fuerte y sólida».
Dicho de otra manera. «Cuando se toca la excelencia, hay que contarlo», subraya Carolina. Y en Valduero lo cuentan de distintas maneras. Especialmente, a través de lo que denominan «marketing de valor». Es decir, «buscamos que la marca Valduero tenga un valor más allá de lo que es una botella de vino», explica su directora comercial y de marketing, Carolina García Viadero. En su caso, ese valor lo conforman la propia bodega, construida tras excavar tres túneles bajo una montaña en la localidad ribereña de Gumiel de Mercado, el museo de barricas y, sobre todo, su club, llamado Membresía La Tenada.
«Es nuestro mejor elemento de marketing. Admite a todo aquel que ama el vino hecho arte. Tenemos la fortuna de contar con personas excelentes de todas las áreas de la sociedad, desde Mario Vargas Llosa a Carlos Herrera, Martín Berasategui, Elena Arzak, Ken Follett, Ana Rosa Quintana, Cristiano Ronaldo...», expresa García, al tiempo que lo define como «una acción única en la que damos lo mejor de Valduero, pero también recibimos lo mejor de nuestros clientes».
De hecho, esta misma semana se produjo la última incorporación: la cantante Luz Casal, quien recibió su barrica Valduero Una Cepa 2016, un caldo del que solo sale una botella por año y planta.
En opinión de Carolina García Viadero, «a través del marketing, se logra una fidelización de los clientes». Una estrategia de publicidad y comunicación que la bodega complementa con distintos eventos como La luna llena de Valduero, que consiste en una cata bajo las estrellas que organizan en verano.
Marketing y eventos que van de la mano con una apuesta por la calidad que se traduce, por ejemplo, en las obras que han comenzado en la bodega para recibir la uva directamente por gravedad natural, «aprovechando la montaña, que además de mejorar la calidad de la entrada de uva, nos hace ser más sostenibles y reducir nuestro gasto de energía», precisa Yolanda García Viadero, directora técnica y enóloga.
Asimismo, indica que están llevando a cabo nuevas plantaciones orientadas a conseguir su objetivo de «ser el referente en vino de guarda de Ribera del Duero, reservas y grandes reservas».En este sentido, agrega que su idea «siempre ha sido hacer una gran bodega y no una bodega grande. Por eso, antes de sacar una añada nueva, siempre tiene que ser mejor que la anterior. Queremos que cuando alguien abra un Valduero piense que estamos a la altura, que es un acierto».
La bodega se guía por la máxima de «menos kilos y más calidad». Así las cosas, suelen dejar entre 2.000 y 4.000 kilos por hectárea, cuando se permiten hasta 7.000. «No hacemos joven, ni roble, ni tampoco todos los años elaboramos vino, como en 2013, ni todos los años realizamos todos los vinos», subraya Yolanda García. Tras arrancar en 1984, hoy esta bodega de la DO Ribera del Duero exporta sus vinos a más de 40 países de todo el mundo, un mercado que supone el 55% de su facturación total. Sus ventas se dirigen a restauración y al consumidor final:«No vendemos a grandes superficies, no queríamos que ese yugo posara sobre nuestras estrategias».