A Tauroemoción, empresa adjudicataria de la plaza de toros de Burgos, no solo le ha asestado una dura ‘cornada’ la pandemia de la covid, por la suspensión en cascada de corridas y ferias, sino que ahora acaba de recibir un nuevo varapalo en forma de auto judicial. Así, el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, con fecha 6 de abril, ha acordado declarar la disolución judicial de la mercantil Tauroemoción, ordenar el cese del órgano de administración social de dicha empresa así como la apertura de la fase de liquidación.

Esta decisión responde a la petición de disolución judicial que presentó el grupo extremeño Ceber Tauro S.L., mercantil que concurrió el año pasado al concurso para la gestión del coso de Plasencia y que el Ayuntamiento de esa localidad adjudicó a Tauroemoción, tras  presentarse en UTE con Espectáculos Carmelo García para los años 2020 y 2021. En la demanda de Ceber Tauro se señala que las cuentas anuales del 2016 al 2018 de Tauroemoción incurrían en causa de disolución y, sin embargo, ha seguido presentándose a licitaciones, como en el caso del coso placentino, «sin cumplir las exigencias de solvencia establecida en las normas y pliegos de condiciones de los concursos públicos, en detrimento de las ofertas comerciales» de otras empresas competidoras en la organización de eventos taurinos.

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