Nuevo reto en casa

J.A.D.C.
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El Blasgón y Ceres recibe en la capital ribereña a Novás con la idea de seguir en la zona alta de la tabla (19.00h.)

La plantilla arandina celebra en bloque su última victoria liguera en el Príncipe de Asturias - Foto: Julio Calvo Recio

Primer tercio de competición superado y momento perfecto para establecer objetivos. Así al menos ocurre en el seno de un Blasgón y Bodegas Ceres que recibe esta tarde Acanor Novás en el Príncipe deAsturias (19.00h.), y que, en palabras de su entrenador, Alberto Suárez, quiere «echar el gancho» a la parte alta de la tabla «ahora que llega Navidad». Un momento, como reconoce, que necesita «del esfuerzo de todos», y que frente al cuadro gallego será más importante que nunca debido a lo «duro» y «difícil» que se antoja el partido.

Así se vislumbra al menos al comprobar, hombre por hombre, la confección de la plantilla de O Rosal, la cual responde a «un gran equipo» como ha señalado Suárez y que, a buen seguro, pondrá las cosas muy complicadas a los ribereños en el Príncipe de Asturias.

«Tenemos mucho respeto a este rival porque tiene jugadores expertos y muchos de ellos además lo han sido en la máxima categoría», ha asegurado el técnico amarillo en rueda de prensa previa al encuentro. «Además, han competido todos los partidos que han jugado y mantienen una buena trayectoria fuera de casa».

Elementos sin duda contrastados al «buen equilibrio defensa-ataque» manejado por el conjunto de Quique Domínguez y escenario en el que el Blasgón y Ceres necesitará, como ha argumentado el asturiano, «que nuestra gente nos apoye y anime para sacar el partido adelante» tras una nueva semana con «ciertas vicisitudes» y «lesiones que nos han impedido entrenar a todos bien».

Para ello, recuperar el nivel defensivo expuesto durante el duelo ante Alcobendas o Barcelona B se antojará una vez más, clave. Más aún teniendo en cuenta que, como ha indicado el preparador, Novás cuenta con Pedro Iglesias, «para mí uno de los mejores centrales de la categoría», y hombre vital en el cuadro rosalino al «lanzar los siete metros y dar un poco de orden al juego gallego».