El dueño del criadero de perros de Melgar de Fernamental, un hombre de 28 años cuyas iniciales son D.D.U., acumula ya varias denuncias, y no solo por maltrato y abandono animal por la actividad que realiza en el recinto, sino también por violencia de género, según fuentes de la Benemérita consultadas por este periódico, quienes también confirman demandas por delitos de lesiones y también por atentado a agente de la autoridad. La semana pasada, el juzgado de lo penal número 2 de Burgos le condenó a un año de cárcel por maltrato continuado de animales y le inhabilitó para seguir realizando esta actividad durante tres años. Hace cosa de un mes la Guardia Civil volvió a detenerle y a rescatar a cinco canes por su precario estado de salud.
En la última inspección del Seprona, los agentes se llevaron a dos dóberman adultos, un cachorro de la misma raza, una perra bóxer y un cachorro de dálmata. Durante semanas han recibido atención veterinaria, ya que mostraban cuadros severos de deshidratación, extrema delgadez, heridas por peleas y abrasiones con objetos metálicos punzantes que no habían sido tratados. Además, la Guardia Civil ha abierto una investigación al encontrarse en el criadero medicamentos de administración exclusiva para veterinarios, adquiridos de forma irregular en una comercial veterinaria.
En el pueblo, muchos son los habitantes que reconocen estar hartos de que Melgar de Fernamental salga cada poco tiempo en las noticias por lo que consideran «una vergüenza». Solo hace falta darse una vuelta por la localidad y preguntar a los vecinos para darse cuenta de que el responsable no es una persona muy querida. Uno de ellos asegura que «no se relaciona con nadie y con los que lo hace acaba teniendo problemas. Los del bloque en el que vive están hartos de él». No exagera, pues es tocar uno de los telefonillos del edificio y ya se oye resoplar al otro lado del altavoz.
Su vecino de arriba le denunció en dos ocasiones por agresiones por las que, asegura, fue hospitalizado y por las que tuvo que ser indemnizado. Todo comenzó por una discusión en la que le recriminaron que tuviera en su piso más de 40 perros y por la suciedad que generaban en el portal. También reconocen que la visita de agentes por motivos de maltrato machista son frecuentes. Otros residentes aseguran que también golpeó a una guardia civil con una pala. El Instituto Armado confirma tanto los episodios de violencia de género como el atentado contra la agente, pero evita dar detalles de los sucesos.
El Seprona ha solicitado al Juzgado la retirada de la propiedad de 124 canes, además de la inhabilitación de D.O.U. para el ejercicio de profesión. La Plataforma Ciudadana para la Justicia y Defensa Animal se concentró ayer frente a la Delegación de la Junta para exigir que se cierre del criadero.