Soledad en la Puerta del Sol

EFE
-

El coronavirus acaba este año con la celebración de las campanadas en el mítico enclave madrileño por primera vez en su centenaria historia

Soledad en la Puerta del Sol

Ni la gripe española ni la Guerra Civil impidieron la celebración de la Nochevieja en la Puerta del Sol de Madrid, una costumbre centenaria prohibida este año por la pandemia del coronavirus que, además, dejará a la capital sin fiestas de cotillón y sin la versión popular de la carrera San Silvestre.

La imagen que esta Nochevieja retransmitirán las televisiones, de un enclave vacío cuando suenen las 12 campanadas del reloj de la Real Casa de Correos, será insólita desde que hace más de un siglo comenzó la tradición de tomar allí las uvas de la suerte. Una costumbre, la de las uvas, importada de Europa que ya estaba de moda en los salones madrileños de 1893 -aunque se solían comer solo tres- y que, poco a poco, se extendió entre las clases populares hasta que en 1901 nutridos grupos de ciudadanos festejaron el fin de año de esa forma en la Puerta del Sol.

La pandemia de la mal llamada gripe española de 1918 no impidió la celebración. Tampoco «el huracán y la lluvia torrencial que azotó Madrid el 31 de diciembre de 1930», según relata el historiador José Miguel Muñoz de la Nava, ya que apenas una hora antes de medianoche mejoró la situación y 1931 fue recibido con gran algarabía.

El comienzo de la Guerra Civil tampoco evitó que muchos ciudadanos acudiesen a la Puerta del Sol a tomar las uvas, aunque en la Nochevieja de 1936 la celebración fue distinta a todas las anteriores. Además de que el reloj estaba deteriorado por el estallido de una bomba en la calle Mayor durante el otoño anterior, al sonar las campanadas las tropas rebeldes asentadas en la Casa de Campo lanzaron desde el cerro de Garabitas 12 proyectiles sobre el céntrico lugar.

Ahora, décadas después, no habrá ni madrileños ni foráneos este 2020, en el que la pandemia del coronavirus obligará a comer las uvas en casa por la prohibición del Gobierno autonómico de celebrar el fin de año en la calle. De hecho, para cerciorarse de que no acuda nadie a este lugar, la Policía Municipal pondrá un doble perímetro de control y vaciará de gente el kilómetro cero antes de las diez de la noche de hoy. 

Entre los pocos afortunados que podrá ver in situ el mítico reloj de la Casa de Correos estará el músico Nacho Cano, que actuará minutos antes de la medianoche como parte de un homenaje a las víctimas de coronavirus, pero sin público. Eso sí, se espera que las televisiones que retransmiten cada año las campanadas desde la capital de España conecten con ese pequeño concierto para poder ofrecérselo a los ciudadanos que aguarden en sus hogares la llegada de 2021.

En soledad sí, pero en las esquinas de la Puerta del Sol sonarán las campanadas «como cualquier año», según confirma Jesús López Terradas, uno de los relojeros de ese emblemático lugar que se prepara para su Nochevieja más triste.