Aquí tiene su pedido, gracias

A.S.R
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La Biblioteca Pública (San Juan) ha reabierto esta semana sus puertas solo para la entrega a demanda de los préstamos solicitados vía telefónica o web, mientras que la devolución se hace exclusivamente en el buzón. Cierra al mediodía dos horas

Los lectores que hicieron su solicitud el domingo pasaron a recoger sus pedidos ayer por la tarde con la distancia física de seguridad obligada y separados de los trabajadores por mamparas. - Foto: Patricia González

Un goteo constante de gente se acerca a las puertas de la Biblioteca Pública. La mayoría lo hace a sabiendas de que el lunes 1 de junio es el día estipulado para su puesta en marcha y muchos acuden con la bolsa repleta de libros. Alguno se detiene a leer los carteles. Uno ilustra sobre las recomendaciones para su uso responsable en las fases 0 y 1. El otro informa del horario (de lunes a viernes de 9 a 14 y de 16 a 21 h. y sábados de 9.30 a 14 h.) y de su apertura ‘solo para recoger las peticiones de préstamo realizadas a través de www.bibliotecas.jcyl.es/burgos’, donde se debe rellenar un formulario. Señala igualmente que las devoluciones se hacen en el buzón. Pero cuando el usuario se aproxima y ve que, por fin, se abren las puertas no puede evitar intentar entrar. Ahí se topa con el guardia de seguridad, que repite lo que ya está en la pared. Añade que las solicitudes se pueden efectuar a través del teléfono (947 25 64 19), sobre todo para quienes se manejan poco con las tecnologías. Esta fue la rutina durante la mañana en el exterior. En el interior, los trabajadores se afanaban en preparar los pedidos a demanda. 40 recibieron el domingo y el ritmo se mantuvo. 

Mientras pone la fecha de devolución en la hoja de solicitud, Angélica Lafuente cuenta que la novela sigue siendo la reina, con permiso de la historia -«la gente quiere saber qué nos está pasando»- y la temática local y los videojuegos. 

Tras dos horas de cierre a mediodía para la limpieza y desinfección del turno de mañana, las puertas se vuelven a abrir por la tarde. Reciben a quienes van a recoger su pedido (el día siguiente ya se entregan durante todo el día). Todos con su mascarilla y muy atentos a las medidas de seguridad, que son las aconsejadas por el Gobierno. Gel hidroalcohólico a la entrada, marcas en el suelo para que los usuarios (solo se permiten cuatro a la vez) guarden la distancia de seguridad y mamparas en los mostradores para separar a los trabajadores del público. 

Al mismo tiempo, el buzón de devolución, situado en el lateral del edificio que da al río, estuvo bien alimentado, mañana y tarde. Un no parar. Una vez engullidos, todos permanecerán 14 días en cuarentena antes de ser prestados de nuevo. 

Un montón de libros echó Blanca Sáez, una habitual que se lamentaba del cierre. Sí, había descubierto la plataforma e-Biblio, pero es otro encanto. «Las niñas prefieren el papel y la madre también. A ellas les gusta venir, ver los cuentos, buscarlos, quedarse un rato... El móvil no es lo mismo», observa aludiendo a sus hijas, Laura y Ruth, de 5 y 7 años, y confiesa que echan en falta estos ratos en la biblioteca, donde suelen pasar muchas tardes, sobre todo de invierno. 

De momento, el servicio se limita al préstamo y la devolución. Un chasco se llevaron los más madrugadores, que, con sus mochilas al hombro, se las prometían muy felices, prestos a estudiar en sala. Error. 

¿Cuándo llegará su oportunidad? Es una incógnita que ni la directora, Carmen Monje, puede despejar. «No se puede hacer ninguna previsión a largo plazo de los pasos a dar porque estamos en un cambio continuo», advierte y afirma que se enfrentan a muchos retos que significarán «un cambio brusco», desde las limitaciones de aforo a la realización de muchas actividades a través de internet. Las modernas instalaciones de la Pública de Burgos son un arma de doble filo: los espacios son amplios, pero, apostilla, difíciles de controlar. La directora confía en que la nueva normalidad se imponga pronto y también irrumpa en la biblioteca.