No más delitos en Miranda pero sí «cosas raras»

Ó.C.
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El aún responsable de la Comisaría local, Ramiro José Gómez, cree que influye la ubicación de la ciudad, con mucho tránsito. Destaca que su plantilla tiene cubiertas 8 de cada 10 plazas

No más delitos en Miranda pero sí «cosas raras» - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Ramiro José Gómez vive sus últimas semanas en el cargo de jefe de la Comisaría de Policía Nacional en Miranda. Ahora apura su formación para convertirse en comisario y tras año y medio en el cargo, ha conocido la naturaleza de la ciudad. Gracias a este tiempo, afirma que «Miranda tiene sus problemas como todas las ciudades, ni más ni menos delincuencia que otros sitios, pero tiene cosas raras».

Para Gómez, la ubicación en el mapa hace que «al estar en un cruce de caminos las situaciones que se generan adquieren cierta peculiaridad», porque «hay mucho tránsito de personas y los polígonos industriales son limítrofes». Aún así, destaca que a la hora de colaborar con otros territorios «existen protocolos de actuación y las cosas se realizan fácilmente porque hay una buen relación».

En las estadísticas del Ministerio del Interior, la Comisaría de Miranda en los primeros seis meses contabilizó 523 infracciones penales. En comparación con el mismo periodo de 2020, el dato crece porque el año pasado huno 484 «aunque no se puede comparar por la pandemia», matiza Gómez. En este ejercicio, las estadística muestran que la Policía Nacional ha detectado 29 robos con fuerza en domicilios y establecimientos, diez vehículos sustraídos y también ha actuado en los ochenta hurtos en la ciudad.

Sobre la composición de la plantilla de Miranda, Gómez ensalza que la plantilla cuenta con el 80% de las plazas cubiertas. El escalafón básico, en el que se incluye los agentes y oficiales, están prácticamente todos los puestos ocupados «y es algo fundamental para el funcionamiento». Sí que «falta un poquito» en la parte intermedia donde están los subinspectores, «pero cuando yo me vaya creo que solucionarán los problemas», adelanta el responsable.

Una de las características de la plantilla «es que hay mucha gente de paso por lo que hay mucha temporalidad, aunque también hay quien está asentado». Por este motivo, Gómez aclara que la juventud que ha encontrado en Miranda suple de alguna manera cierta inexperiencia que puede darse en este tipo de comisarías, «que tiene limitaciones al ser pequeña, pero es algo que pasa en muchos otros sitios».

nuevo destino. El todavía jefe de la Comisaría local recibe la formación para convertirse en comisario. Los plazos que tiene pasan porque «a mediados de diciembre» finalice el curso y su plaza quede vacante para ofrecerla «y no creo que se tarde mucho». En cualquier caso, como despedida Gómez manifiesta «el placer que ha sido estar en la ciudad, porque me ha servicio mucho tanto en lo personal como en lo profesional».