El 'no' muy caro de un guardia civil de tráfico

I.E.
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Sanción a un agente de la Benemérita que se negó a pasar el test de alcoholemia: Seis meses sin empleo después de quedarse dormido y no acudir a su turno de trabajo. Alegó que estaba enfermo pero presentaba síntomas de embriaguez

El 'no' muy caro de un guardia civil de tráfico - Foto: Alberto Rodrigo

Menuda mañana -de marzo de 2018- les regaló a sus superiores un guardia civil de tráfico que se pasó con la bebida y cuya resaca le impidió incorporarse a su puesto de trabajo. Sus mandos, preocupados por su incomparecencia, acudieron hasta el pabellón donde residía para ver si le había ocurrido algo. Después de varios timbrazos y golpes en la puerta abrió y alegó que se había quedado dormido.

Eso seguro, pero omitió confesar los motivos de tal descuido, algo que a su sargento y a su teniente no les fue difícil descubrir, puesto que apreciaron en él aliento a alcohol, ojos brillantes y conjuntiva hemorrágica, agotamiento y voz pastosa. Vamos, los síntomas propios de una noche de borrachera. Para más inri, cuando le requirieron para que se hiciera la prueba de alcohol y el test de drogas se negó en redondo. Una negativa injustificada que supone una falta que le ha costado la sanción de seis meses sin empleo y la pérdida de cinco días de haberes con suspensión de funciones, lo cual ha sido ratificado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)