Tras un primer fin de semana de Nochebuena y Navidad algo caótico, en el que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no dieron abasto para asegurarse de que todos los ciudadanos cumplían con las normativas sanitarias, la velada de fin de año fue mucho más tranquila. Al margen de alguna que otra fiesta en algún domicilio y las habituales quejas por ruidos (algo normal en estas fechas incluso antes de la covid-19), tanto la última jornada de 2020 como el primer fin de semana de 2021 se desarrollaron con total normalidad. De ahí que los agentes de la autoridad apenas tuvieran que sacar la libreta para sancionar a los incumplidores. Según los datos de la Subdelegación del Gobierno, solo se levantaron siete denuncias al ocio nocturno, todas ellas administrativas. 

Eso significa que ninguna de las multas que los efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil pusieron del 28 de diciembre al 3 de enero fueron por beber o hacer cualquier tipo de fiesta en la vía pública. Burgos fue la segunda provincia de Castilla y León con menor número de sanciones, por detrás de Salamanca. 

Fuentes de la Comisaría Provincial y de la Policía Local aseguraron que la noche de fin de año estuvo muy tranquila. Lo más reseñable de la primera hora de 2021 fue la gran cantidad de petardos y cohetes que se lanzaron en la capital y que mantuvo en alerta al servicio de Bomberos. Por lo demás, no hubo ni detenciones ni tampoco un repunte notable de sanciones por quebrantar el toque de queda, más allá de retrasos puntuales de los ciudadanos. El resto del puente también transcurrió sin apenas altercados relacionados con las restricciones de la pandemia.