Cautela, máxima atención por parte del usuario y saber cuándo sospechar. Estas son las claves básicas y también lógicas para no ser víctima de los ciberataques planteados bajo el falso reclamo de la entidad bancaria donde están depositados los ahorros. Los fraudes y estafas digitales vía ordenador, tablet y, especialmente, teléfono móvil en busca de contraseñas de acceso al dinero siguen a la orden del día, sea cual sea el banco afectado, cada vez -avisan las entidades- hay más formas de engaño y los procedimientos se han sofisticado con la pandemia.

Así lo advierten los propios bancos afectados y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), quienes recuerdan que buena parte de los 133.155 incidentes gestionados durante el año de los confinamientos en España estuvieron vinculados, entre otros, al fraude electrónico, a los ataques a la operativa bancaria digital de los ciudadanos en sus compras online o movimientos de dinero.

Aunque no se facilitan datos provinciales por parte de este organismo público de ciberseguridad, aseguran que Burgos no escapa a esa tendencia y, de hecho, la principal entidad financiera en esta plaza, CaixaBank, insiste en la labor de concienciación de su clientela para evitar los intentos de robos de datos personales, de fondos y de extorsiones digitales.

Ante estos ciberataques, la entidad siempre reitera tres mensajes clave a las posibles víctimas: El primero es que las entidades financieras nunca solicitan por teléfono, SMS o email información bancaria alguna y que tampoco deben darla a alguien que lo solicite por canales no seguros.

En segundo lugar, ante cualquier llamada sospechosa, los clientes deben ponerse en contacto inmediatamente con su entidad.

En tercero: Todos los casos de robo, estafa y fraude (incluido ciberfraude) deben ser denunciados ante la Policía.

(Más información en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)