El juez de paz de Grisaleña denuncia una agresión

S.F.L.
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Según la víctima, recriminó al chófer dos veces su paso a alta velocidad y sin mediar palabra el acusado le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo

El varón sufrió un derrame en su ojo izquierdo e hinchazón tras recibir el golpe. - Foto: DB

El conductor del autobús escolar de la ruta de Grisaleña y otros pueblos de la Bureba se enfrenta a una denuncia por las lesiones supuestamente causadas al juez de paz del municipio, J.R.T.L., que le produjeron un derrame en el ojo izquierdo como consecuencia de recibir un puñetazo. Los hechos ocurrieron el pasado miércoles, 28 de abril, pasadas las 16 horas, cuando el denunciante se encontraba en una calle cercana a su domicilio transportando una carretilla llena de pienso para los animales. 

A esa hora pasó a «gran velocidad» el autobús escolar a dejar a los estudiantes que residen en el pueblo, a lo que el vecino le levantó el brazo a modo de amonestación. Minutos más tarde, una vez que el vehículo continuaba con su trayecto y según el testimonio de la víctima, ambos volvieron a cruzarse. Fue entonces cuando el conductor paró el autobús y se bajó de él para preguntar al denunciante «qué problema hay». Ante tal cuestión, el vecino de Grisaleña le contestó: «Vas a mucha velocidad y puedes atropellar a alguna persona mayor». 

Acto seguido y sin mediar palabra el chófer le «propinó un puñetazo en el ojo izquierdo provocando la caída del hombre al suelo y abandonó el lugar», siempre según la versión de la víctima. A continuación, el juez de paz contactó telefónicamente con una vecina para contarla lo sucedido y pedir que avisara a asistencia sanitaria, pero al no encontrarse en la localidad llamó a otra persona. Asimismo, el agredido dejó constancia en la denuncia interpuesta que en el momento del suceso había testigos: un mujer que acompañaba al conductor en el recorrido y un menor. 

El hombre quedó postrado en el suelo hasta que otro vecino acudió al lugar de los hechos para socorrerle, al igual que la ambulancia. Aproximadamente media hora después, según relata a este periódico, el supuesto agresor regresó con la mujer que viajaba en el bus en su turismo particular. Ella «atendió a la víctima y le entregó pañuelos para que se limpiara la sangre de la nariz». El denunciante reseña además que el agresor le «ofreció acompañarle al Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro, trasladarle en su turismo y traerle de vuelta a su domicilio aprovechando así el transcurso para que no transcendiera el supuesto delito de lesiones». Pero J.R.T.L. optó por acudir en ambulancia, aunque tanto el chófer como la acompañante fueron también al centro.

Por este motivo y por el «desconcierto» del momento, explicó a los médicos que el golpe recibido en el ojo fue «por la caída de una rama», por lo que en el parte de lesiones aparece esa versión. Posteriormente, y al comprobar la magnitud de los efectos del puñetazo, totalmente hinchado y con un pequeño derrame en su interior, J.R.T.L. decidió interponer una denuncia al presunto autor de los hechos, conductor de la empresa de transportes A. Herrera.

La víctima declara a DB que a día de hoy los dolores han disminuido pero que todavía no ha reunido fuerzas para levantarse de la cama, donde descansa desde el día que realizó la denuncia en Briviesca. «Gracias a que no ha sido nada grave pero estoy muy tocado y disgustado y no tengo energía para nada», manifiesta. 

Colocación de badenes. Son varios los conductores que circulan por la carretera de acceso a Grisaleña a velocidades superiores a la señalizada, de 30 kilómetros por hora. El juez de paz confesó en su declaración que «no es la primera vez que observa al chófer del autobús escolar entrar y salir del municipio a gran velocidad», añade. 

El alcalde de la localidad, Aitor Goicoechea, asegura que han colocado unos badenes reductores de velocidad, porque «en pocas ocasiones se respetaba y los badenes casi siempre hacen su efecto».