El debate de las hipotecas a los 65 cala en Burgos

G. Arce
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Crece el interés por convertir en dinero la vivienda mediante un préstamo, aunque también empiezan a generarse dudas

El debate de las hipotecas a los 65 cala en un Burgos - Foto: Luis López Araico

Aparentemente, es la solución ideal para complementar unas pensiones de jubilación menguantes y una esperanza de vida creciente: trasformar el valor patrimonial de la vivienda en dinero contante y sonante tras la jubilación, con una paga cada mes durante un periodo de tiempo pactado y sin perder su propiedad. Es lo que ofrecen las hipotecas inversas, un producto financiero complejo que cuenta con las bendiciones del Banco de España y aún de muy escasa comercialización, pero que ya está generando las primeras controversias en los despachos de abogados de Burgos por sus efectos secundarios no deseados, especialmente entre los herederos del hipotecado. 

Los préstamos hipotecarios para los mayores de 65 años disponen  del mejor caldo de cultivo para ser un éxito:el valor patrimonial de la vivienda aumenta a un ritmo superior al 2% anual y supera el bache de la última crisis, y todo indica que la vejez va a ser cada vez más prolongada y onerosa para quienes la disfruten. 

Las estadísticas cifran la esperanza media de vida en Burgos en los 84 años (87 para las mujeres y 81 para los hombres) y apuntan a que en 2032, dentro de década y media, se alcanzarán los 86 (89 para las mujeres y 83 para los varones), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las proyecciones de este organismo apuntan a que en 2032 habrá en Burgos más de 100.000 mayores de 65 años (hoy son 20.000 menos), es decir, uno de cada tres habitantes de la provincia encajaría como cliente de una hipoteca inversa, eso sí, solo si dispone una vivienda en propiedad. 

El producto financiero, importado de las economías anglosajonas, es si cabe más atractivo al comprobar que la pensión de jubilación media, que lleva 3 años por encima de los 1.000 euros en Burgos, nunca crecerá en igual intensidad que sus beneficiarios, sino todo lo contrario:cada vez será más difícil mantener un nivel de vida aceptable solo con aportaciones públicas. Los expertos, los banqueros entre ellos, aconsejan por ello complementar la pensión con ahorros (planes de pensiones) para afrontar las necesidades que puedan venir. 

residencias. Además, si la salud no acompaña y es necesario el internamiento en una residencia, hay que tener presente que las plazas disponibles son limitadas y cada vez más caras. En un centro privado la cuota mensual está en torno a los 1.600 y 2.200 euros, según el grado de dependencia. La media de estancia (hasta el fallecimiento) se sitúa en los 7 años y medio y subiendo... (Más información en edición impresa)