La estación cierra las taquillas los fines de semana

ARSENIO BESGA
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Las bajas médicas de larga duración acentúan la falta de personal que lastra al sector ferroviario en Miranda. El punto de venta de billetes no abrirá ningún sábado ni domingo de diciembre, dado que no se ampliará la plantilla hasta 2022

Las taquillas de la estación cerradas durante el fin de semana. - Foto: A.B.

Los trabajadores de Renfe y Adif en Miranda acumulan años demandando una ampliación de plantilla para ofrecer un mejor servicio. La situación ahora se agrava en el departamento de ventas, dado que las taquillas de la estación permanecerán cerradas los sábados y domingos de diciembre. En enero de 2022 está prevista la incorporación de dos nuevos empleados, sin embargo, nadie asegura una fecha exacta. Este nuevo inconveniente nace por las bajas médicas de larga duración de algunos profesionales. Las taquillas de la estación mirandesa, en la actualidad, cuentan con un total de seis empleados. De estos, tres acumulan meses de ausencia por motivos de salud. La consecuencia directa de esta realidad la padecen los usuarios, quienes se ven obligados a comprar su billete a través de la sede digital de Renfe o de forma presencial con varias jornadas de antelación.

La entidad ya ha presentado una convocatoria de movilidad funcional. Ahora bien, la incorporación de los dos nuevos empleados no podrá ejecutarse a efectos reales hasta el año que viene. La selección de ambas personas está en curso, pero necesitan formarse durante casi un mes y, más tarde, acumular varios días de prácticas. De esta manera, al menos hasta el nuevo año, Miranda no dispondrá de taquillas para su estación durante los fines de semana.

La ciudad tiene unas características muy particulares que, en ocasiones, dificultan la cobertura de determinados puestos. «No sé si la estación de Miranda es atractiva para elegirla en la movilidad», reflexiona Javier Domínguez, delegado sindical de Adif. «Al personal de la OEP le dan la primera residencia como provisional y en tres meses deben coger la definitiva», explica. En resumidas cuentas, los trabajadores que llegan a Miranda lo hacen con fecha de caducidad y esto imposibilita proyectar un servicio estable en el medio o largo plazo.

La ciudadanía clama ante este nuevo varapalo para la estación de trenes. «La taquilla es lo más seguro porque compras el billete justo cuando lo necesitas», comenta Miguel Ángel, un viajero de Briviesca que conoce de primera mano este tipo de situaciones. «Mi padre utiliza el transporte público y no maneja internet [...] si no tiene taquillas me toca venir con días de antelación a por su billete», lamenta Pablo, un mirandés cuyo progenitor sobrepasa los ochenta años.

Precisamente, este colectivo parece el más perjudicado. «Los jóvenes igual se manejan mejor, pero si eres mayor necesitas que te asesoren y más en Miranda, que las pantallas ni funcionan a veces», recuerda Emilio, otro hombre natural de la ciudad. Como analiza Jaime, un estudiante del municipio habituado a desplazarse en tren, este hecho podría extenderse en el tiempo y volverse algo más que una mera anécdota. «Si cierran unos días, puede que terminen desapareciendo», anticipa. Aún con todo, como recuerda Wenceslao, un vecino de Miranda, solventar esta realidad no se antoja demasiado complicado. «Cuando el problema es la falta de personal, la solución es sencilla», sentencia.