La sucesión de protestas violentas en varias ciudades de España, Burgos entre ellas, el pasado fin de semana es algo que preocupa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que llevan días planeando una respuesta para que no se vuelvan a reproducir escenas tan brutales como las del viernes en Gamonal. La Comandancia de la Guardia Civil en la provincia tiene claro que es mejor prevenir que curar y ha proporcionado a las patrullas distribuidas por el territorio material antidisturbios por si las revueltas tuvieran lugar en los pueblos. El problema, denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), es que los efectivos no tienen ninguna formación ni para usar esas armas ni tampoco para controlar posibles manifestaciones de este calado. 

Los kits repartidos entre los efectivos de Seguridad Ciudadana de las diferentes compañías de la provincia cuentan con escudos, chalecos, porras y armas largas que lanzan tanto pelotas de goma como granadas de humo y gas lacrimógeno. Un material necesario para disolver disturbios como los de Gamonal, aunque no todo el mundo está capacitado para utilizarlo. Solo los Grupos de Reserva y Seguridad (GSR) -que no tiene presencia en Burgos- y los miembros de la USECIC están adiestrados para este cometido. La AUGC agradece que la Comandancia dote de medios a sus agentes, pero advierte de que sin la formación adecuada su empleo puede ser incluso hasta peligroso. 

«No sabemos utilizar las armas ni tampoco tenemos una preparación específica para el control de masas. Existe el temor de que nos manden actuar y nos enfrentemos a grupos radicales bien organizados», comentan fuentes de la asociación. La decisión de adquirir estos equipos, añaden, se tomó tras ver lo ocurrido durante el fin de semana. Al posible riesgo que supone utilizarlos sin la formación pertinente, se une el hecho de que no todas las patrullas cuentan con el material, lo que obliga en ocasiones a intercambiarlo. «Puede darse el caso de que se traspase sin desinfectar y eso hoy en día es un peligro», concluyen.