Menos 'amas de casa' que nunca en la EPA

G. Arce
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En dos décadas han desaparecido de la encuesta laboral más de 20.000 mujeres dedicadas al cuidado del hogar y los hijos

Labores del hogar - Foto: Alberto Rodrigo

La desaparición de las personas que dedican su jornada diaria al cuidado de su propio hogar y de los niños (según la definición del INE) es uno de los cambios más drásticos en el mercado laboral y en la sociedad que está constatando la Encuesta de Población Activa (EPA) a lo largo de las últimas dos décadas. La última encuesta, la del primer trimestre de este año, marcó -de nuevo- el mínimo histórico en Burgos y todo indica que no será el último. En la provincia hay, según este trabajo,  25.200 personas dedicadas a las tareas domésticas que no perciben remuneración alguna por ello, 1.500 menos que en la EPA precedente (la última de 2018)y 20.100 menos que en la primera encuesta registrada por el Instituto Nacional de Estadística.


El INE no discrimina por sexos a nivel provincial, pero los resultados en el conjunto de Castilla y León sí y dejan claro que el reparto de estas tareas está totalmente descompensado. Así, en la región se contabilizan en el primer trimestre del año un total 227.300 inactivos dedicados al cuidado del hogar y de otras personas. Pues bien, solo 18.900 son hombres, apenas el 8,3% de los encuestados. En España son un poco más, el 9,8%. Sirva como consuelo, que la proporción de ‘amos de casa’ a principios de 2000 era del 0,8% a nivel regional y del 1,9% en el ámbito nacional.
Nada indica que Burgos no mantenga estas mismas proporciones entre mujeres y hombres de puertas para adentro de sus casas.


Pese a que los roles tradicionales no terminan de desaparecer, sí  se está produciendo una incorporación masiva de la mujer al mercado laboral para ayudar a la renta familiar, aunque las condiciones de esa incorporación sean, en muchos casos, discutibles y alimenten el empleo precario, mal pagado y temporal.
jubilados. La desaparición de las ‘amas de casa’ está provocando que entre la población inactiva, es decir, los mayores de 16 años que no trabajan y no están registrados en el paro, ganen cada vez más peso los jubilados o pensionistas y también los estudiantes. Es más, de continuar con la tendencia de las últimas EPA, en Burgos habrá más personas dedicadas a estudiar que mujeres centradas en exclusiva en el cuidado de la familia.

 

La foto del mercado laboral actual muestra que mientras 6 burgaleses trabajan, 4 son económicamente inactivos para la estadística. A principios de los años 2000, la cifra se equilibraba, principalmente porque 43.500 mujeres permanecían en sus casas sin cobrar ni cotizar, mientras que los hombres aportaban los ingresos por trabajo al hogar. La EPA, lógicamente, no  registra el empleo sumergido, que también ha sido una constante de puertas para adentro de casa, donde no puede actuar la Inspección de Trabajo.


La irrupción femenina en el mercado laboral ha compensado en parte -que no en su totalidad- el envejecimiento de la población. Hoy se contabilizan 69.200 pensionistas en la provincia (6.700 más que en la estadística de 2002) y que los estudiantes se reduzcan de los 25.400 a principios de siglo a los 21.500 actuales. Además, el INE detecta un crecimiento de los trabajadores incapacitados, que actualmente son 9.400 frente a los 6.300 de principios de los 2000.

 

Pese a todos estos cambios, la población inactiva mantiene un paulatino descenso. En el presente siglo alcanzó su pico máximo a finales de 2004 con 144.400 personas fuera del mercado laboral. Actualmente, son 127.700, es decir, 16.700 menos, aunque ha habido momentos con menos inactivos aún: concretamente, en el segundo trimestre de 2006, cuando se bajó hasta los 117.100.La desaparición de las personas que dedican su jornada diaria al cuidado de su propio hogar y de los niños (según la definición del INE) es uno de los cambios más drásticos en el mercado laboral y en la sociedad que está constatando la Encuesta de Población Activa (EPA) a lo largo de las últimas dos décadas. La última encuesta, la del primer trimestre de este año, marcó -de nuevo- el mínimo histórico en Burgos y todo indica que no será el último. En la provincia hay, según este trabajo,  25.200 personas dedicadas a las tareas domésticas que no perciben remuneración alguna por ello, 1.500 menos que en la EPA precedente (la última de 2018)y 20.100 menos que en la primera encuesta registrada por el Instituto Nacional de Estadística.


El INE no discrimina por sexos a nivel provincial, pero los resultados en el conjunto de Castilla y León sí y dejan claro que el reparto de estas tareas está totalmente descompensado. Así, en la región se contabilizan en el primer trimestre del año un total 227.300 inactivos dedicados al cuidado del hogar y de otras personas. Pues bien, solo 18.900 son hombres, apenas el 8,3% de los encuestados. En España son un poco más, el 9,8%. Sirva como consuelo, que la proporción de ‘amos de casa’ a principios de 2000 era del 0,8% a nivel regional y del 1,9% en el ámbito nacional.
Nada indica que Burgos no mantenga estas mismas proporciones entre mujeres y hombres de puertas para adentro de sus casas.


Pese a que los roles tradicionales no terminan de desaparecer, sí  se está produciendo una incorporación masiva de la mujer al mercado laboral para ayudar a la renta familiar, aunque las condiciones de esa incorporación sean, en muchos casos, discutibles y alimenten el empleo precario, mal pagado y temporal.
jubilados. La desaparición de las ‘amas de casa’ está provocando que entre la población inactiva, es decir, los mayores de 16 años que no trabajan y no están registrados en el paro, ganen cada vez más peso los jubilados o pensionistas y también los estudiantes. Es más, de continuar con la tendencia de las últimas EPA, en Burgos habrá más personas dedicadas a estudiar que mujeres centradas en exclusiva en el cuidado de la familia.


La foto del mercado laboral actual muestra que mientras 6 burgaleses trabajan, 4 son económicamente inactivos para la estadística. A principios de los años 2000, la cifra se equilibraba, principalmente porque 43.500 mujeres permanecían en sus casas sin cobrar ni cotizar, mientras que los hombres aportaban los ingresos por trabajo al hogar. La EPA, lógicamente, no  registra el empleo sumergido, que también ha sido una constante de puertas para adentro de casa, donde no puede actuar la Inspección de Trabajo.


La irrupción femenina en el mercado laboral ha compensado en parte -que no en su totalidad- el envejecimiento de la población. Hoy se contabilizan 69.200 pensionistas en la provincia (6.700 más que en la estadística de 2002) y que los estudiantes se reduzcan de los 25.400 a principios de siglo a los 21.500 actuales. Además, el INE detecta un crecimiento de los trabajadores incapacitados, que actualmente son 9.400 frente a los 6.300 de principios de los 2000.


Pese a todos estos cambios, la población inactiva mantiene un paulatino descenso. En el presente siglo alcanzó su pico máximo a finales de 2004 con 144.400 personas fuera del mercado laboral. Actualmente, son 127.700, es decir, 16.700 menos, aunque ha habido momentos con menos inactivos aún: concretamente, en el segundo trimestre de 2006, cuando se bajó hasta los 117.100.