L. Hernández: «La gente va a encontrarse muchísima entrega»

Leticia Ortiz
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Su nombre es uno de los más destacados de la reciente Feria de San Isidro, donde firmó su décima Puerta Grande. A pesar de ese éxito, el extremeño aún tiene objetivos por cumplir en el rejoneo y muchas plazas por conquistar. Hoy estará en Burgos

L. Hernández: «La gente va a encontrarse muchísima entrega»

Nadie pone ya eso de hijo detrás del nombre de Leonardo Hernández, porque con tesón, esfuerzo y trabajo ha logrado labrarse un nombre propio en el rejoneo.

Diez Puertas Grandes en Madrid. ¿Se lo había imaginado alguna vez?

La verdad es que no. Son diez triunfos importantísimos en mi carrera. Cuando comenzaba a torear, a soñar con ser rejoneador, ni siquiera pensé en poder abrir esa Puerta Grande una vez. Y ahora ya son diez. Cada una de ellas tiene su historia y, sobre todo, su trabajo detrás. 

¿Se siente distinto el cariño que brinda Las Ventas al de otras plazas?

En Madrid siento a la afición muy conmigo. Creo que Las Ventas es una plaza que se entrega a los toreros que hacen sentir al público, que transmiten, que se entregan mucho… Yo siempre soy un torero de máxima entrega. Y, a la vez, me he sentido muy querido por Madrid, aunque a veces es verdad que no sé el motivo.

¿Cuándo decide seguir los pasos de su padre?

Nací en el mundo del rejoneo y me he criado en él. Es lo que he visto y vivido desde pequeño con mi padre. Pero aún así, es verdad que de pequeño no tenía mucha afición. Pero como a los 14 o 15 años prendió la llama y comencé a montar muchísimo a caballo. Y ahí surgieron las ganas.

¿Qué le dijo su padre cuando le dijo que quería seguir sus pasos?

Al principio no le cayó muy bien, porque sabe lo difícil que es esta profesión y la incertidumbre que rodea a este mundo. Pero cuando vio que iba en serio, me apoyó en todo lo que pudo.

¿Le ha pesado alguna vez el apellido?

Cuando empezaba, sí. Tienes la responsabilidad de llevar el nombre y el apellido de una figura del toreo. Pero, bueno, siempre ha sido algo positivo.

Regresa a Burgos, ¿qué se va a encontrar el público que no la ha visto nunca? ¿Cómo se definiría?

Van a encontrarse muchísima entrega y ganas de agradar por mi parte. Además, la cuadra está en un momento bonito y tengo ganas de poder triunfar en una plaza como Burgos.

¿En qué caballos se debe fijar la gente próximo día 3?

Todos los caballos están dando un nivel muy alto esta temporada, pero hay uno que es verdad que me tiene loco. Se llama Enamorado y creo que es la estrella de la cuadra ahora mismo.

¿Qué le pides a un caballo para sacarlo al ruedo?

Sobre todo que esté preparado y que yo me sienta muy acoplado con él. Más allá de la raza o de las condiciones, que hay muchos, sobre todo necesito sentir esa simbiosis.

¿Cuánto tiempo tarda de preparar un caballo y en decidir incorporarlo a la cuadra?

Depende del caballo y del tercio en el que lo vaya a sacar. Pero, en general, se necesita mucho tiempo, muchas horas de preparación. Más o menos, desde que coges el caballo, necesita uno o dos años.

Estamos hablando a las nueve de la mañana y ya está montando a caballo. ¿Cuál es su rutina habitual los días que no torea?

Paso todo el día montado a caballo, ya sea con la cuadra que estoy sacando a la plaza ahora o con los caballos nuevos. Procuro, aunque me cuesta bastante, sacar algún rato para hacer deporte porque creo que la preparación física es fundamental. Pero vamos, en resumen, es desde por la mañana hasta por la noche preparando los caballos.

Una vida sacrificada en comparación con la de jóvenes de su edad. ¿Merece la pena?

Todo depende de la afición y la ambición que uno tenga. Y de lo que quiera en su vida. A mí siempre me ha compensado. Es verdad que nunca he tenido un grupo de amigos de salir, de viajar… Y que quizá no he conocido otra forma de vida. Pero, como te dirán muchos toreros, cuando quieres ser algo en la vida y lo quieres por encima de todo, tienes que entregar o sacrificar otras cosas. Pero, al final, sientes que vale la pena.