Renovarse o morir. Ya lo dice el refrán. La empresa arandina Arveloz Logística se aplicó esta máxima poco después de que estallara la crisis del coronavirus en marzo del año pasado y optó por especializarse en carga fraccionada. Es decir, que en vez de mover un camión completo con una sola mercancía, lo llenan con varios productos que después distribuyen en diferentes destinos. Una apuesta que ha permitido a la compañía, con una flota cercana a los 40 camiones, ampliar su abanico de clientes a lo largo del último año al mismo tiempo que ha mejorado su rentabilidad tras cerrar 2019 con una facturación de 3,2 millones de euros. "La pandemia nos ha reforzado. O mejor dicho, las estrategias que hemos aplicado a raíz de la pandemia nos han servido para reforzarnos. A ello se suma que la alimentación no ha parado en ningún momento y otros sectores han subido", explica uno de sus gerentes, Santos Velasco.
Todos estos factores han llevado a la firma de logística, que nació en 2007 de la unión de tres empresas familiares, a estudiar su salto al mercado internacional. "Estamos viendo que ha subido mucho el tema de las exportaciones y nos apetece dar ese paso", admite Velasco, al tiempo que precisa que lo harán "sin prisa, tras estudiarlo muy bien y yendo con pies de plomo".
De hecho, Miguel Ángel Velasco, cogerente y hermano, matiza que el Brexit les ha hecho "recular" en su idea de arrancar el proceso de internacionalización de Arveloz Logística. "Es muy difícil mirar al futuro. De un día para otro pueden cambiar las circunstancias. Es lo que ha pasado con la pandemia", agrega Santos Velasco al respecto.
A la espera de concretar fechas para traspasar las fronteras nacionales, en Arveloz Logística van sumando nuevos sectores a su negocio. "Antes teníamos buena parte de la facturación concentrada en un solo cliente, Calidad Pascual. Ahora hemos diversificado. Contar con muchos clientes nos ha permitido tener un 2020 muy bueno e, incluso, ser de las pocas empresas que no sólo no ha llevado a cabo ningún ERTE ni ERE, sino que hemos ampliado plantilla", subraya Miguel Ángel Velasco.
Esto se traduce en que la compañía arandina, con cerca de 40 empleados, ya no sólo transporta alimentos sino también productos de metalurgia y construcción. "Todo el hierro que llevamos es para el sector de la construcción. Está habiendo un boom. Se mueve mucho hierro. De hecho, transportamos casi más hierro que alimentos desde la pandemia, en torno a un 70-80%", informa Santos Velasco. En este sentido, pone como ejemplo que aunque hasta hace un año "nunca" habían llevado bobinas a Sevilla, vienen de cargar esta mercancía en Guipúzcoa y Navarra y de haber realizado unos 200 viajes hasta la capital andaluza.
De Bilbao al exterior. Por ahora, otra circunstancia que les está resultando favorable es la gran cantidad de mercancías que, desde el puerto de Bilbao, salen hacia el exterior. "Estamos cargando mucho más género en toda España para subir al norte. En el País Vasco intercambiamos la mercancía y sale con otros vehículos al extranjero", explica Santos Velasco, destacando la localización geográfica de Aranda como "punto de paso".
Una circunstancia que, a su juicio, les sirve como paso intermedio antes de dar el salto internacional. "Nosotros hacemos de lanzadera a los que trabajan en el exterior desde Irún, Navarra o Bilbao. De ahí para arriba es algo que tenemos que explorar, los peajes son más caros, también los talleres, si en España reparar un pinchazo puede costar unos 300 euros, en Francia se dispara hasta los 1.500 euros. Para salir fuera, los vehículos también tienen que tener una garantía", recalca.
Más allá de las decisiones puramente estratégicas, los hermanos Velasco coinciden en que todo llegará gracias al capital humano con el que cuentan. "Es lo más importante, desde arriba hasta abajo", enfatiza Miguel Ángel. "Queremos que sea un equipo, una familia". A lo que Santos añade: "Cuando el personal está a gusto, todo va rodado".