Largas colas en las instalaciones municipales para estudiar

H.J.
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La falta de bibliotecas y las limitaciones de aforo por la covid provocan filas de espera los sábados y domingos en las tres únicas instalaciones (todas ellas municipales) que permanecen abiertas

Largas colas en las instalaciones municipales para estudiar - Foto: Alberto Rodrigo

No es el reparto de pinchos de San Lesmes ni el de los Titos de Gamonal. Aquí no regalan ni bebida ni comida, únicamente ofrecen un lugar en el que sentarse a estudiar, pero las circunstancias lo han convertido en un bien tan demandado que decenas de personas hacen cola cada fin de semana para no quedarse sin sitio.

La falta de bibliotecas abiertas en la ciudad durante los sábados por la tarde y los domingos, así como las limitaciones de aforo en las pocas que están disponibles, provoca la repetición de esta estampa en tres puntos de la ciudad que son los únicos 'supervivientes' de los cierres generalizados. Tal y como recuerda la concejala de Sercicios Sociales, Sonia Rodríguez, son los centros cívicos de Río Vena, Capiscol y sobre todo San Agustín, donde se concitan usuarios.

Una de ellas es Mencía Cordeiro, estudiante de último año de Derecho en la UBU. Ella denunció hace unos días en las redes sociales lo que lleva siendo un clamor en los últimos meses. «Ir a la biblioteca se ha convertido en una guerra en la que hay que venir a hacer cola de 20 a 30 minutos antes para no quedarte sin sitio y aún así hay días que ni con esas», afirmaba.

En declaraciones a este periódico explica que «la reclamación no es de ahora y lleva años pasando lo mismo», puesto que siempre ha habido más demanda que oferta por parte de las bibliotecas de la Junta, de la Universidad de Burgos y del Ayuntamiento. El problema es que ahora las pocas que quedan abiertas, todas dependientes del Consistorio, lo hacen con un aforo reducido al 33%.

«Si antes, cuando no había coronavirus, ya era difícil encontrar sitio porque se junta gente de bachillerato, la universidad y opositores, ahora que en lugar de seis sitios por mesa hay dos, ya es imposible». En San Agustín, por ejemplo, en cuanto abren las puertas a las 16,30 ya están los 45 sitios disponibles totalmente copados, incluso un par de mesas extras que se han habilitado a la entrada.

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