Parecen fotogramas de una película de terror, pero no lo son. Simplemente reflejan el desolador y espeluznante panorama que han dejado varios ataques de lobos durante las últimas semanas y que se han saldado con la muerte de un centenar de ovejas en Quintanar de la Sierra, donde no se recuerda un destrozo similar. Los tres rebaños a los que pertenecen las cabezas que han perecido pastaban en el paraje conocido como  Peña Triguera, en el límite entre Quintanar, Neila y Regumiel, monte arriba, una zona de difícil acceso a la que los animales van ascendiendo en busca de una hierba más fresca y abundante durante los meses de más calor. «Llevan atacando todo el verano, pero el último golpe que han pegado ha sido tremendo», señala uno de los ganaderos, que echa en falta alrededor de 40 cabezas. «Tenemos que estar fastidiados nosotros para que haya lobos», lamenta.

Hasta ahora, según explica este afectado, Quintanar de la Sierra se estaba librando de los ataques de los lobos, aunque sí que se habían registrado en localidades como Vilviestre, Duruelo o Covaleda, estas dos últimas en la provincia de Soria, pero no muy lejos del límite con la de Burgos. Él tiene su propia explicación y vincula lo sucedido con la estancia de ‘La Familia Arcoíris’ en Mansilla de la Sierra (La Rioja), el grupo de americanos que  promovía el amor libre. «Nos han fastidiado: los lobos estaban en un barranco en Mansilla, los han echado de allí, han venido a esta zona, han criado por aquí y ya se han quedado».

(Más información y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)