«El paciente que ingresa ahora por covid es más joven»

ANGÉLICA GONZÁLEZ
-

ENTREVISTA | Adolfo Simón, jefe del servicio de Neumología del HUBU

Adolfo Simón es el jefe del servicio de Neumología del HUBU. - Foto: Patricia

Aunque su nombramiento como jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario de Burgos se conoció en mayo, Adolfo Simón (Burgos, 1956) asumió la responsabilidad de esa especialidad al principio de la pandemia ya que el anterior profesional que ostentaba la jefatura se contagió de covid muy pronto, «cuando todavía estaban llegando los primeros enfermos», según recuerda. En todo este tiempo, Simón explica que la dedicación de todos los profesionales ha sido impecable y la coordinación entre diferentes áreas del hospital «probablemente una de las mejores de Castilla y León». Este licenciado en Medicina por la Universidad de Navarra, formado en el Hospital del Rey de Madrid (hoy Instituto Carlos III), trabajó en los últimos estertores del Hospital Fuente Bermeja como centro de pacientes respiratorios y luego en el Divino Valles. Durante casi ocho años dirigió el servicio de Urgencias del Hospital General Yagüe y volvió a su especialidad en 2013 a cuya jefatura, cuando salga, no piensa aspirar porque opina que es muy sano que en la cúpula de los servicios haya relevo generacional, feminización «por una cuestión lógica y de justicia, las mujeres son más que los hombres ya en la medicina» y nuevas ideas.

¿Cómo se asume una jefatura y cómo se organiza un servicio en plena pandemia?
Hubo dos cosas que me favorecieron. Por un lado, que yo tenía la experiencia de Urgencias, un servicio en el que siempre hay cierta improvisación y donde tienes que organizar un caos que es inevitable, y, por otro, que cuando vino la primera ola fue todo más sencillo porque desapareció toda la Neumología tradicional y no había más que covid. Fue organizar tantos médicos para tantas plantas y hacer el mismo trabajo todo el tiempo. Nos organizamos por turnos, duplicamos guardias, prácticamente vivíamos aquí metidos. Y otro aspecto fundamental, sobre todo en la primera ola, fue la solidaridad impresionante que se vivió entre compañeros del servicio y del resto del hospital y el personal sanitario y no sanitario.

¿Sigue ahora ese trabajo conjunto o ya está cada uno enfocándose en lo suyo?
Hemos tenido relación en planta con Medicina Interna y, además, con Urgencias, Anestesiología y UCI. Hasta hace dos o tres semanas teníamos dos plantas covid -una de ellas con pacientes que tienen terapia respiratoria con soportes o apoyos que la llevamos nosotros- y el flujo que existe entre nosotros siempre es muy ágil.

¿Vieron, antes de marzo y del confinamiento general, alguna neumonía que les resultara desconocida o llamativa?
Teníamos neumonías pero en esa época no había PCR de covid, había de gripe o de otros virus respiratorios. Había neumonías, parecían virales, pero las PCR nos salían negativas. Los tratamientos eran prácticamente los mismos: oxígeno, corticoides... y lo achacábamos a la gripe, que también hubo, porque fue anterior al uso generalizado de mascarillas pero en algunos casos nos salían negativas las pruebas de gripe, que son muy parecidas. Empezábamos a oír las noticias que llegaban de China pero también, mensajes de las autoridades que decían que esto no afectaría a España, que sería anecdótico. Cuando vimos lo de Italia y llegaron los primeros pacientes a Miranda supimos que esto iba a ser algo serio.

¿Recuerda cómo fueron los primeros pacientes con coronavirus? 
Recuerdo haberles visto sobre todo en las guardias, había mucha carga emocional porque era una enfermedad desconocida que tenía manifestaciones raras, el tratamiento no estaba establecido y luego, que fue un aluvión, la incidencia fue absolutamente vertical, una planta detrás de otra, cuarenta ingresos al día, faltos de EPI, sin tener claros los circuitos ni por qué ascensores había que subir... Al principio fue un poco de lío. 

¿Cuál es el papel del neumólogo frente a la covid? ¿Se está abordando como una patología exclusivamente respiratoria?
La vía de entrada y la primera manifestación es respiratoria, lo que define la enfermedad es una neumonía bilateral que causa una insuficiencia respiratoria, y a corto plazo hay complicaciones, trombóticas sobre todo. Nuestro papel, fundamentalmente tiene que ver con que conocemos muy bien la insuficiencia respiratoria y controlamos la ventilación no invasiva con la que los pacientes están conscientes y con la que se evita en muchos casos que tengan que ser ingresados en la UCI. De hecho, así lo estamos haciendo y si no se evita, al menos se retrasa. En la época de colapso de la UCI era muy importante retrasarlo al máximo.

¿Ha cambiado el perfil del paciente en las diferentes olas?
En las anteriores fueron parecidos. El de ahora es distinto a las otras dos y clarísimo y es un problemón porque son jóvenes  -entre 30 y 50 años, de más de 70 tenemos ya pocos, se ha notado la vacuna en que no hay enfermos de residencias y que mayores en domicilio ingresan poco- y en su gran parte, hasta el 90%, afectados por la cepa británica, que es mucho más contagiosa. Es muy típico lo que ocurre ahora, se contagia toda la familia, empiezan un día con síntomas como dolor de garganta, fiebre y tos, van tirando con paracetamol y al séptimo u octavo día se ponen malos de verdad, vienen a urgencias o les manda el médico con saturaciones bajas y tienen que ir directos a la planta con insuficiencia respiratoria y pulmones blancos.

¿Qué han aprendido a estas alturas de la enfermedad? 
Desconocemos aún mucho el largo plazo. La situación aguda sí la controlamos y sabemos que las personas enferman muy rápido y se recuperan muy despacio. Muchas veces me preguntan cuándo se van a ir a casa y siempre les digo que no pueden estar ingresados menos de dos semanas y siendo jóvenes; si son mayores es más tiempo. Los primeros días nos preocupan porque suelen ser malos y hay que estar muy pendientes porque algunos acaban en la UCI.

¿Cómo cree que la covid cambiará a su especialidad?
Creo que dará valor al tratamiento de situaciones -sean o no infecciosas- no candidatas a UCI y a poder tratar en planta a gente con monitorización. Otra de las cosas que nos va a cambiar es ver con monitores lo que está pasando detrás de las puertas de las habitaciones, tengan o no covid, porque en planta la enfermería es limitada. Hay cosas que se quedarán tal y como están ahora como la higiene de manos y la ausencia de visitas indiscriminadas.

¿Y a la forma de abordar la patología respiratoria?
Hemos aprendido a ventilar mucho mejor de forma no invasiva, que antes lo hacíamos pero ahora lo hemos hecho masivamente y usaremos este sistema con gente con la que antes no lo hacíamos, con neumonías normales y corrientes. Al final, el conocimiento y la tecnología que hemos incorporado estos meses va a beneficiar a la especialidad. 

¿Han recuperado la normalidad en las consultas?
Volvimos a la normalidad pero ahora hay que restringirlas un poco. Pero es que hay un problema de dedicación de neumólogos, porque tengo que poner a cuatro o cinco en la planta covid -que habrá que poner más porque vamos a abrir más plantas-, la neumología general ha vuelto a ser atendida, tenemos que poner dos personas que estén de guardia todo el día -que es un esfuerzo enorme- tenemos que tener un busca covid y otro no covid... es que no tengo seis médicos para atenderlas como antes. Yhacemos consultas por las tardes.

¿Y las pruebas funcionales?
Tenemos una limitación porque hay que hacer una PCR previa: si antes teníamos en una sala, no sé, tres espirómetros funcionando simultáneamente ahora los pacientes tienen que tener una PCR negativa tres días antes y les tienes que volver a ver, con lo que se duplican las consultas, lo que ha hecho que crezca la lista de espera. 

¿El coronavirus ha agravado otras patologías neumológicas? ¿Cómo han encontrado a sus pacientes crónicos?
No hemos visto que se hayan agravado mucho, probablemente porque son gente que tiene mucho miedo y ha salido muy poco de casa. De hecho, a muchas de las revisiones no vienen. Les llamamos, les preguntamos como están y, ya digo, algunos no quieren venir, creo que vemos más o menos a la mitad.

¿Es peor esta enfermedad en personas fumadoras?
No estoy muy seguro de que sea peor, lo que sí sé es que si tienes una enfermedad de pulmón y tienes covid te pones peor. Esto es muy llamativo, por ejemplo, con los pacientes que ya tenían fibrosis. También hay que tener en cuenta que el tabaco es un gran transmisor por los aerosoles que se expulsan al fumar.

¿Cree que esta pandemia, al ser provocada por una patología respiratoria, habrá hecho que la gente se haya planteado dejar el tabaco?
Tengo la sensación de que a un alto porcentaje de ciudadanos el ser potenciales transmisores de enfermedad no les importa demasiado, quizás les importe mucho no enfermar pero no ser transmisores. 

¿A qué pacientes están viendo ahora en su consulta post-covid?
A aquellos que han enfermado en la tercera ola. Al principio les hacíamos revisiones muy rápidas y estaban todavía con fatiga, tenían alteraciones en la radiografía... Ahora les citamos un poco más tarde porque si no, les saturamos de pruebas cuando sabemos que a los dos o tres meses las radiografías se han limpiado. La mayoría acaba con función normal y radiografía normal, a pesar de lo cual hay un grupo que se sigue quejando de ciertos síntomas inespecíficos como cansancio, pérdida de concentración, insomnio.

¿Teme que estos síntomas puedan cronificarse?
Es pronto para decirlo aunque hay  gente que después de seis o siete meses sigue con problemas de concentración. Ahí nosotros poco podemos hacer porque no tenemos marcadores. Seguro que hay una enfermedad post-covid, la mayoría de las veces por la subjetividad de los síntomas, pero no sabemos cómo se mide. Nos dicen que están cansados, que les duelen las piernas, les mandamos a los neurólogos y no les encuentran nada, nos hablan de fatiga, les hacemos escáneres y de todo y sale todo bien... A todas estas personas les seguimos viendo mientras que sigan con síntomas. 

¿Qué se han encontrado con respecto a las otras enfermedades neumológicas?
En la primera ola no podíamos tener consultas porque estábamos a turnos, tampoco había en Primaria y la gente no quería venir a Urgencias. Entonces, hemos vistos embolias y cánceres de pulmón más avanzados; en cambio, asmáticos y pacientes con EPOC han llegado menos, probablemente por el efecto mascarilla y porque la gente se ha vacunado más de la gripe. Estamos ya empezando a atajar estas situaciones porque dos días a la semana tenemos consultas por las tardes en los que vemos una media de ciento y pico pacientes nuevos. 

Cuando toda la pandemia termine la covid, ¿se quedará como una patología neumológica?
Mi planteamiento es que el futuro tiene que ser más multidisciplinar. Aquí tenemos un buen servicio de Medicina Interna, y dentro de él una buena unidad de infecciosas -y el covid es una enfermedad infecciosa- y yo veo más el futuro en una zona o planta de infección respiratoria aguda que podamos trabajar con internistas e infectólogos. 

¿Necesita el HUBU una unidad de cuidados respiratorios intermedios? 
El problema es que una unidad así está definida por su necesidad de personal y esa no la cubrimos. Igual, tecnológicamente, en este momento, sí, y por monitores, ahora también, a pesar de que tenemos  dificultades para conseguir las cosas debido al modelo de concesión, que lo retrasa todo, pero al final lo conseguimos porque era necesario tener monitores debido a que las habitaciones estaban cerradas y los pacientes aislados y sin acompañantes y no sabíamos lo que ocurría aunque la enfermera y el médico estuvieran entrando cada 5 minutos. Pero para hablar de unidades de cuidados respiratorios intermedios (UCRI) -que el futuro irá por ahí- no tenemos ratio de enfermería. Lo que sí tenemos son dos zonas que nosotros llamamos monitorizadas: una de enfermos no covid pero graves y otra de monitorización covid. Esto sería lo más parecido aunque no es una UCRI, que será necesaria antes o después. Ya se está planteando en otros hospitales de Castilla y León unidades multidisciplinares de cuidados intermedios, no solo respiratorios, entre la planta y la UCI.

¿Esto se lo ha propuesto a la gerencia del hospital?
Sí y lo entienden. Hoy (por el jueves) nos hemos reunido todos los jefes de Neumología de Castilla y León y hemos estado hablando precisamente de esto, de las futuras unidades de intermedios y yo he planteado que el problema no solo tiene que ver con la tecnología -que, aunque con dificultades, la vamos obteniendo- sino que falta enfermería, en general, y enfermería especializada, en particular. El otro problema tiene que ver con el personal médico, no hay neumólogos en las bolsas de empleo. Los contratos que ofrece Sacyl son muy malos y la gente se va, a mí ya me han dicho varios que se marchan porque tienen ofertas mucho mejores del País Vasco o de Asturias. Ahora, que es un momento en el que el profesional puede elegir, muchos no se van a quedar aquí por  motivos variados, pero, sobre todo, por la falta de estabilidad que ofrece la Administración. Tenemos neumólogos -hay profesionales así en todos los servicios- que llevan años con contratos que se renuevan cada seis meses y ahora nos dicen que es por la situación excepcional que estamos pasando, nos ponen ‘la excusa covid’ cuanto esto estaba instaurado ya muchísimo antes de que empezara la pandemia.

¿Corre el riesgo su servicio de perder personal médico?
En estos momentos somos 15 pero una persona se dedica a la unidad del sueño -antes eran más pero desgraciadamente fallecieron Joaquín Terán y Mariluz Alonso-, otra se nos jubila ahora, acaba un residente que no se va a quedar por asuntos personales... Nos quedaríamos 14 y con un problema, que somos un servicio muy mayor, con mucha gente -cinco o seis- que en los próximos años nos vamos a jubilar y no tenemos renovación. A esto se añade que la Junta no concede el número de MIR adecuado para la formación de neumólogos. Nosotros tenemos  uno este año y el año pasado tuvimos dos y es muy poco, así que tendremos problemas porque esto no es algo que se arregla de un día para otro sino que habría que haberlo previsto hace muchos años. En cualquier caso, es una situación que no solo ocurre en Burgos sino también en otras provincias y en otras especialidades. Creo que tendría que haber un planteamiento general sobre lo que está pasando.

¿Qué quiere para su servicio cuando todo esto pase? 
Me gustaría disminuir la hospitalización, creo que los ingresos deberían ser para enfermos muy agudos; habría que trabajar mucho en hospital de día, que ahora no tenemos uno específico de neumología, y las consultas deberían ser a demanda, sobre todo para los pacientes crónicos, que supieran que si se ponen malos no tendrían que ir a urgencias y sí a un hospital de día. Quisiera, además, que las consultas fueran más operativas y resolutivas. Ahora tenemos una ventaja con respecto al cáncer y es que el PET-TAC va a empezar a funcionar -el otro día lo estuve viendo y es estupendo- con lo que se acelerarán los diagnósticos al no tener que enviar a la gente a otras provincias. Y, finalmente, creo que se tiene que incrementar el trabajo conjunto con otras especialidades, algo que ya estamos haciendo. Por ejemplo, los compañeros que ven asma se reúnen con alergólogos y otorrinos  y con el cáncer, lo hacemos con radioterapeutas, patólogos, radiólogos y oncólogos, pero esto tiene que ir a más, hay que tender a esta forma de trabajar. 

Supongo que para todo esto se necesitará más personal.
Sin duda. Pero lo veo muy difícil por mucho que nos esforcemos. Hay pocos neumólogos porque se convocan muy pocas plazas y los que hay se van a sitios donde les ofrecen condiciones más ventajosas.

¿Cómo está, emocionalmente, su equipo?
Creo que es el momento peor, la gente está cansada y un poco defraudada de muchas cosas, de las autoridades políticas, de las sanitarias y de parte de la ciudadanía por las medidas contradictorias que nos están dando o la falta de cumplimiento de las normas.

¿Cuando salga la jefatura de Neumología presentará un proyecto para optar a ella?
No. Los proyectos tienen que ser a largo plazo y las jefaturas, para gente más joven. Si puedo ayudar a diseñarlo y dar mi aportación lo haré pero presentar uno no creo que tenga mucho sentido, aunque no estoy pensando en la jubilación sino que cuando deje la jefatura me gustaría seguir trabajando de médico. Si no tengo actividad asistencial esto de la jefatura no me hubiera interesado. Mi sitio está viendo pacientes.