El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es una de las principales fuentes de financiación del Ayuntamiento. En este 2020 se esperan ingresar cerca de once millones de euros, aunque los responsables municipales han solicitado en más de una ocasión al Ministerio de Hacienda que se haga en la ciudad una revisión catastral, para actualizar los valores de los inmuebles que se toman como base para calcular el IBI. El Ayuntamiento ya tiene el compromiso del Ministerio para realizar este cambio, aunque la concejala de Hacienda, Matilde Fernández, indica que los ciudadanos no notarán la diferencia en su recibo antes de 2022.

Este era un objetivo al que se alude desde la anterior legislatura para que se sintiera una bajada real en la mayoría de los recibos, puesto que se entendía que el último estudio del catastro se hizo en un momento en el que el valor de los inmuebles era más alto, con características previas a la crisis económica. Este era el principal argumento que se esgrimía por parte de la anterior concejala de Hacienda, Laura Torres, que explicaba que la pérdida de valor de muchas viviendas no se ha sentido a la hora de pagar el impuesto municipal, sobre todo en zonas alejadas del centro en los que la diferencia del precio ha sido mayor.

La situación se arrastra desde el año 2012, momento en el que se fijaron los valores vigentes, aunque Fernández apunta que la revisión no tiene porqué traducirse en una rebaja. En este sentido también hay que tener en cuenta los tiempos que habrá que esperar para que el cambio sea efectivo. "Lo hemos pedido y por fin nos lo han conseguido", resalta la concejala, quien tampoco tiene claro cuándo se empezará a hacer el estudio, "que seguro no terminará este año", por lo que también se prolongará durante al menos una parte de 2021. De esta manera, para que sea efectivo se tendrá que esperar al menos hasta 2022 o incluso si se prolonga se podría llegar al ejercicio 2023, una posibilidad que también se contempla en los despachos municipales.

El prolongado espacio de tiempo que requerirá esta tarea provoca que se ignoren a día de hoy qué conclusiones se sacarán del estudio y cual será el valor real dentro del mercado inmobiliario, ya que "no por hacer una valoración catastral quiere decir que todo baje. Se tendrá que esperar", asume la responsable municipal. Para explicar el proceso que iniciará el Ministerio, la concejala advierte que la revisión del catastro es compleja y tampoco tiene claro que los trabajos arrancarán este mismo año. Además dentro del procedimiento también se contempla otro periodo para los posibles recursos que puedan surgir "porque habría gente que no esté de acuerdo", resume Fernández.