La Fundación Silos aborda en su reunión del Patronato que se está celebrando en estos momentos en la capital burgalesa el impulso de la declaración de Patrimonio de la Humanidad del conjunto de la localidad de Santo Domingo de Silos (Burgos), según avanzó su presidente Antonio Méndez Pozo.

Se trata, dijo, de una propuesta que será aprobada previsiblemente por los patronos asistentes (el 90 por ciento del total), que tendrá que ser confirmada posteriormente por la comunidad benedictina del Monasterio de Silos, antes de que la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León inicie los trámites del proyecto para enviarlo al Ministerio de Cultura. Finalmente, será el Gobierno central quien lo eleve después a la Unesco, siempre en el caso de que hoy sea aprobada y cuente con el visto bueno de los monjes de la abadía silense.

En este sentido, Méndez Pozo señaló que la propuesta de la declaración como Patrimonio de la Humanidad afecta tanto al Monasterio -con su botica, canto gregoriano, archivo que contiene el primer pergamino de papel de Europa junto a otros importantes documentos- como a todo el entorno del municipio donde se incluyen la Fiesta de los Jefes o los yacimientos de cobre románicos, entre otras.

Por su parte, el abad del Monasterio de Silos, Lorenzo Maté, reconoció que “suena bien” pero matizó que “primero hay que conocer la propuesta para ver qué es lo que aporta al Monasterio y a la comunidad”. “De entada no se descarta nada”, exclamó, al tiempo que reiteró que será una decisión consensuada “en comunidad”.

A la reunión del Patronato de la Fundación Silos también acudió por primera vez el consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, como patrono de la institución, quien calificó de “magnífica idea” la propuesta. Asimismo, señaló que en la actualidad la Unesco tiene más en cuenta a la hora de aprobar esta declaración “más que sea un elemento único, que sean espacios conjuntos o declaraciones transfronterizas”.

“Silos sabemos todos lo que representa para Castilla y León, España y para la lengua española”, enfatizó, por lo que reconoció ser “optimista” y deseó que “más pronto que tarde se pueda dar una buena noticia”.