La Universidad de Burgos ha decidido restringir el acceso al aparcamiento de la Facultad de Educación. Desde esta semana, un cartel avisa ya de la prohibición de estacionar los vehículos fuera del horario lectivo (incluidos los fines de semana) tanto del centro, como del polideportivo y del campo de fútbol anexos. La decisión aún no ha entrado en vigor con el fin de informar previamente a los usuarios, aunque lo hará en próximas fechas. No obstante, a puerta del acceso peatonal que une las calles Hornillos y Villadiego seguirá abierta.
La vicerrectora de Planificación, Amparo Bernal, explica que esta medida ya se había aplicado con anterioridad y que ahora se retoma por varios motivos. Al respecto, precisa que se han dado situaciones en las que el párking estaba completo cuando llegaban los empleado del centro, además de otras razones que van más allá de que ese espacio sea utilizado por residentes de la zona o clientes de los locales de restauración cercanos.
«Se trata también de evitar problemas de vandalismo, así como otras situaciones que se han dado», subraya Bernal, quien confirma que de cara a un futuro la intención de la institución pasa por cerrar todo el complejo vallando el perímetro que aún queda abierto y que da a la calle Hornillos. Cabe recordar en este punto, que el pasado verano aparecieron destrozadas una veintena de placas de la fachada envolvente del edificio, cuya reparación costó 8.000 euros. A ello se unió la rotura de una escaleras y más pintadas, algo que parece haberse convertido en una constante.
La responsable académica avanza que el personal de seguridad ya está avisado para que cierren la verja que ahora está permanente abierta en cuando terminen las actividades que se realizan en el recinto. «Entrará en vigor de forma inmediata, aunque hemos dado un tiempo para avisar», comenta, previendo que pueda aplicarse para puente de la Constitución, si bien aún no hay fijada una fecha.
Bernal señala que de esta forma se recuperará el objetivo para el que se construyó dicho aparcamiento, que pasa por «dar servicio» a estudiantes, profesores y otros usuarios de los edificios. «Hay que mentalizar a a la gente de que esa parcela tiene que estar cerrada», sostiene la vicerrectora.
Aunque en un principio se habló de instalar una barrera con sistema de identificación, tal y como ocurre en la Politécnica del Vena, la medida se ha descartado por el momento. En el caso del párking de la Milanera, la situación es diferente puesto que, además de que su superficie es mayor, se trata de un espacio propiedad municipal.