Cuentan que es una virtud asumir los errores y en eso Diego Abad siempre ha sido un referente intachable. El delantero burgalés, que reconoce sentirse todavía un poco en «shock» por la destitución de Jordi Fabregat como entrenador de la Arandina -situación que le molesta personalmente porque para él el técnico es una «gran persona y un gran entrenador»-, ha puesto sobre la mesa unas duras declaraciones de autoexigencia ante los malos resultados acumulados hasta la fecha: «nosotros somos los culpables».

«Quizás no hemos entendido lo que él nos mostraba», ha sentenciado el burgalés, pero «al tratarse de un proyecto nuevo, pensé que darían todavía más margen para crecer al equipo». En ese argumento además, Abad ha destacado que Fabregat puede que sea el cesado, pero no el «culpable» del mal inicio de temporada.

De todos modos, y siempre optimista de cara al futuro, el jugador no ha querido por menos que abrir una ventana a la esperanza en las posibilidades del club para corregir el rumbo. «Queda muchísima liga y capacidad para poder hacer cosas muy buenas. Ahora, la única forma de dar la vuelta a esto, está en nosotros; así que toca ponerse el buzo y sacar el pico y la pala».

RECUPERACIÓN. Precisamente de esas ‘herramientas’ podrá disponer en breve el futbolista capitalino. También el club. Y es que, descartada la pubalgia que se le presuponía de inicio -y que le ha tenido las últimas semanas apartadas del equipo-, a Abad se le ha diagnosticado un engrosamiento de fibras en la zona abdominal. Una sobrecarga molesta que éste lleva arrastrando desde casi el inicio de curso, y que ha buscado atajar en Madrid de forma definitiva con fisioterapeutas de confianza. Esta semana ha comenzado a probarse. Si todo va bien, podría regresar en menos de quince días.