Aunque la crisis del coronavirus no ha repercutido, por el momento, en la salud de los vilviestrinos, su economía se va a resentir hasta límites aún indeterminados, como la de todo el planeta. Por eso, el Ayuntamiento ha aprobado unos presupuestos para 2020 que en este momento se encuentran -al igual que todos los planes de la ciudadanía- en el aire y condicionados a la duración y a las consecuencias de la crisis. En ellos, además del asfaltado de algunas calles, cerrar el frontón era la principal prioridad.
Antes de que el COVID-19 irrumpiera y acaparase toda la actividad, el nuevo equipo de gobierno de Vilviestre del Pinar tenía claras las prioridades. Se trata además de las primeras cuentas que iban a poder decidir los propios vecinos, tras 4 años gobernados por una gestora ante la falta de candidatos a las elecciones municipales precedentes. Su actual alcaldesa, Mayra Para, reconoce que gracias a ese trabajo -del que se encargó el diputado provincial y también alcalde de Villadiego, Ángel Carretón- se han encontrado el ayuntamiento «bastante bien» y con todo en orden para poder iniciar la andadura de un equipo «muy joven» y que nunca antes había estado en política. Esa falta de experiencia la suplen, según la mujer que ostenta el bastón de mando, con mucha ilusión, juventud y conocimiento del medio, puesto que todos viven en la localidad pinariega, «pisan sus calles y saben lo que hay», explica la regidora.
El presupuesto de Vilviestre para este ejercicio asciende a 645.525 euros, de los que un 30% se prevén dedicar a inversiones, tras destinar otro tanto a los gastos de personal (tiene 2 funcionarios, 3 laborales y 4 peones eventuales), según consta en la plantilla publicada esta semana en el Boletín Oficial de la Provincia. Los gastos en bines corrientes y servicios se llevan, no obstante, la mayor cuantía, cerca de 245.00 euros.
El equipo de gobierno ha seleccionado ya una serie de calles que se encuentran en peor estado, la mayoría sin asfaltar, y que están en los primeros lugares de la lista de obras. Además, pretende convertir el frontón en un lugar no solo de esparcimiento deportivo, sino también apto para reuniones multitudinarias durante los meses de invierno, puesto que el salón se les queda pequeño. Su objetivo a medio plazo es dotar a a la instalación de calefacción pero primero quieren cubrirla.
Sin embargo, todo quedará paralizado a la espera de ver qué ocurre una vez que se supere la crisis sanitaria del COVID-19. Por el momento, el secretario y su auxiliar continúan trabajando en el Ayuntamiento a puerta cerrada para tener toda la documentación a punto una vez que se reactiven los plazos administrativos. También el alguacil se ha convertido en una pieza fundamental para el día a día de la localidad, puesto que evita que los mayores se desplacen al centro de salud de Quintanar de la Sierra y se ocupa él de recoger el sintrón y otros tratamientos y dejarlos en sobres cerrados en el buzón de cada paciente, por lo que así se respeta la privacidad y se minimiza el riesgo de contagio.
Esta crisis, destaca Para, ha subrayado «el problema que tenemos en toda la comarca. Necesitamos médicos sí o sí. A ver si ahora se dan cuenta de que no pueden privarnos de un servicio esencial e imprescindible», subraya.
También el Ayuntamiento ofrece un servicio para acercar la compra a casa de quienes lo necesiten, aunque por el momento las propias tiendas de la localidad se ocupan de ello.